El espejo del miedo

jueves, 6 de abril de 2000

Hugo Salinas Price

El 4 de abril fue un día traumático en la Bolsa de Valores de Nueva York, (NYSE) así como en la Bolsa “NASDAQ”, que es una bolsa no ubicada en un lugar específico, sino que participan en ella, todos las casabolseros de E.U., en comunicación continua por medios electrónicos.

El índice de valores “Dow Jones Industrial Index”, que se compone de promedios de treinta de las compañìas más importantes y representativas en E.U., y el índice del “NASDAQ”, se derritieron por la mañana y cayeron en forma catastrófica. El índice Dow Jones llegó a caerse unos 500 puntos, o sea 5%, y el índice “NASDAQ” llegó a registrar una pérdida en el curso de la mañana, de hasta 13%. Una hecatombe.

A las 13.00 horas, comenzó una recuperación milagrosa, y los índices cerraron con pérdidas módicas.

Esta recuperación “milagrosa” no fue, en opinión de quien esto escribe, así como en la opinión de muchos más autorizados para comentar sobre el asunto, atribuible a una natural reacción del mercado.

Intervino un selecto grupo aliado al gobierno de los E.U., y respaldado por él, para comprar acciones en forma masiva, sin importar el costo. Así se salvó, por un día más, el mercado de valores de los E.U., y junto con él, el dólar. La operación, a costillas de los contribuyentes al erario de E.U. En E.U. se le ha dado un nombre a este grupo, cuya existencia es un semi-secreto: “Plunge Protection Team”, conocido por sus iniciales como el “PPT”.

Los E.U. están comprando más al exterior, de lo que exportan – y pagan la diferencia con dólares irredimibles, de papel. Dólares virtuales, de computadora, ni siquiera de papel. El monto de su déficit de exportaciones, o sea lo que envían al extranjero diariamente en “pago” para compensar el déficit, asciende a aproximadamente $1 mil millones de dólares diariamente.

Estos dólares cuando llegan al extranjero, regresan, por lo pronto, a E.U. a comprar bonos del Tesoro de E.U. y acciones. El déficit de exportaciones americano, pagado con dólares, regresa a comprar acciones. Esto ha estado sosteniendo y levantando los precios de las acciones.

Si se permite que se caigan los mercados, los extranjeros dejarán de comprar acciones. En cuanto el mercado de valores deje de recibir estos dólares producto de su déficit de exportación, su caída sera terrible. No solamente los “inversionistas” americanos – que no son, en realidad, más que apostadores en un casino de juego – sino los inversionistas extranjeros también, van a padecer enormes pérdidas.

Quedaría, sin embargo, el problema de los $1 mil millones de dólares que fluyen diariamente al extranjero. ¿En qué se van a colocar? Es de suponerse que se iniciaría una fuerte caída del dólar, a medida que los tenedores de esos dólares busquen qué hacer con ellos. Habrá más dólares que cosas que comprar: fórmula para alzas de precios, o sea, para la depreciación de la moneda americana.

Un refugio clásico, pero muy denigrado, porque ofrece una alternativa a las inversiones en dólares, lo ofrecen los metales preciosos: el oro y la plata.

Ese mismo día, 4 de abril, tuvimos la oportunidad de observar la reacción de estos metales, ante el incio del pánico que se presentó por la mañana. Véase la gráfica que anexamos al final de este artículo, donde se aprecia lo que podrá suceder, el día que ya no sea posible intervenir exitosamente en el mercado, para apoyar los precios de las acciones.

De las 10.30 de la mañana, a las 13.00 de la tarde, el oro se disparó de $275/oz. a $287.50, o sea 4.9% en cuestión de 2 ½ horas. Pero a las 13.00, comenzó la operación de intervención oficial (cuya existencia sospechamos) y calmó el pánico incipiente. ¿A qué precio estarían hoy las acciones, y el precio del oro, de no haber existido semejante intervención?

La plata, dentro de exactamente las mismas horas, subió de $4.97/oz a $5.15, una alza de 3.62% - ésto, en un metal que recientemente se había movido escasamente un centavo hacia arriba o hacia abajo, en todo un día.

Esto es nada menos que el Espejo del Miedo. Nos está indicando qué va a suceder, a la larga.

El dólar se irá al sótano, los metales se irán a las nubes. Esto marcará el fin de una era para los E.U., una era de casi cien años de poderío económico. Su abuso del “privilegio exorbitante”, como lo llamó el Gen. Charles de Gaulle hace 40 años, de fabricar de la nada la moneda mundial de reserva, habrá llegado a su término.

La necesidad de intervención oficial en los mercados de valores, denota una situación financiera de extrema debilidad y vulnerabilidad; sabemos que todas las intervenciones fracasan. Los mercados pueden manipularse, pero la manipulación siempre agrava las cosas y los ajustes, a final de cuentas, son mucho más dolorosos cuando vienen. Ya lo hemos vivido.

Todo esto, viene a colación en vista de que algunos mexicanos piensan, erróneamente, que debemos dolarizarnos. Tales mexicanos están deslumbrados por un auge pasajero en E.U., que se basa en todos sus detalles, en las mismas políticas que hundieron a México: expansión desaforada de crédito y expansión de deuda.

Reiteramos: es tiempo de ir creando nuestra propia moneda, de plata, y su correspondiente sistema financiero basado en plata, para aislarnos, hasta donde sea posible, de la próxima debacle del dólar, y del colapso económico pendiente en E.U.

Fuente: www.kitco.com