Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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Lo que el sindicalismo no ha reclamado aún
viernes, 10 de mayo de 2002
Francisco Helguera Ramírez

Salud del cuerpo, salud del espíritu y salud de la economía mediante una moneda sana.

Hay una estrecha relación entre la naturaleza de la moneda que se usa y los efectos sobre la salud del Cuerpo, del Espíritu y de la Economía. Sin embargo, hasta ahora, nunca he encontrado la demanda de que se proporcione al ciudadano una moneda estable y de valor real .

Sin una moneda de valor real y estable, la salud del cuerpo se deteriora, porque la depreciación de la moneda fiduciaria conduce a la alimentación insuficiente y la atención médica inadecuada.

Sin una moneda fuerte, el capital y el ahorro se destruyen y sin ahorro, el financiamiento interno no alcanza a cubrir la demanda de crédito.

Sin crédito, la economía no avanza, y por la pobreza resultante la educación no es suficiente y la población termina permaneciendo a  niveles de semi-analfabetismo.

Por pobreza, la cultura se queda rezagada, por falta de cultura, la evolución de la sociedad se detiene, si no es que retrocede.

Considero que la mayor de las derrotas sufridas por el Sindicalismo, no sólo en México sino en todo el mundo, fue la pasiva aceptación de la moneda fiduciaria y la inverosímil tolerancia del dólar como reserva de los bancos centrales.

En Bretton Woods se concedió crédito ilimitado a los Estados Unidos y se sentenció al resto del mundo a un esquema de sistemática depreciación de su salario e irremediable desaparición de sus ahorros.

Se le condenó a la pobreza perenne.

Si los dólares son la reserva de los bancos centrales, para allegárselos hay que exportar, porque excepto los Estados Unidos, nadie los fabrica y la economía se deforma, convirtiendo a los países en exportadores forzados.

Entre otras cosas, la devaluación de la moneda ha sido una herramienta para la competencia por las exportaciones. Se abarata el producto, se rebaja el salario y el trabajador termina subsidiando al exportador y al comprador extranjero.

Por eso, entre las conquistas obreras que nadie ha reclamado, debería estar una moneda estable.

La moneda fiduciaria ha sido el silencioso ladrón que sustrae el salario, disminuyéndolo continuamente, mermando el poder adquisitivo, corroyendo los ahorros, empobreciendo a los pueblos, descapitalizando a las empresas...

Y nadie ha dicho:¡TRABAJADORES DEL MUNDO, UNÍOS, RECLAMAD UNA MONEDA DE VALOR REAL Y ESTABLE!, ¡PROTEJAMOS EL SALARIO, PROTEJAMOS EL AHORRO!

Para pensarlo... ¿verdad?. México, Perú, Canadá, los mismos Estados Unidos y un buen número de países más, deberían agregar: ¡UNA MONEDA DE PLATA!, sin valor nominal, con su valor propio por contenido de plata.

No habría conquista laboral más trascendente, logro sindical más importante, ni prestación más benéfica que una moneda que le diera permanencia al poder adquisitivo de todos, no sólo de los trabajadores; una moneda que preservara el valor de los ahorros y que le diera certeza al futuro de capital y trabajo, de gobierno y pueblo.

La moneda inestable ha llevado al sindicalismo a la realizar la labor de Sísifo; cada día llevar la pesada piedra  hasta la cima para que ruede hasta el fondo cada noche y haya que volver a empezar.

Porque la depreciación de la moneda invalida cualquier pacto obrero patronal. La necesidad de renovar continuamente el pacto, ha conducido a la deformación de las normas que debían regir las negociaciones.

La inestabilidad lleva a la desconfianza y ésta a la intransigencia. La intransigencia ha conducido a la aberración. Y la aberración ha llevado  a demasiadas fuentes de trabajo al punto de colapso. Si no se tiene cuidado, las conquistas laborales pueden terminar cerrando el centro de trabajo y dejando en la calle al trabajador.

Y es que existe una implacable realidad financiera y contable: Cuando un negocio no es viable, se cierra. Una empresa NO puede dar más de  lo que sus costos resisten sin sacarla del mercado. En un juicio entre trabajador y patrón, el veredicto final, inapelable, lo emite el comprador del producto.

Inclusive los Gobiernos, NO pueden dar más de lo que tienen. Pueden y lo han hecho, en una maniobra perversa y populista, emitir moneda sin respaldo y ceder a las demandas laborales y de “gasto social”; pero se produce inflación y devaluación, que siempre acabará pagando el pueblo mismo.

Por testigo de todo lo anterior, pongo a la hermana republica de Argentina: 25% de desempleo. Un país en quiebra.

La moneda fiduciaria lo destruyó todo.

Lo anterior puede entrar en un proceso correctivo si se da al pueblo una moneda fuerte, de valor real, que no esté sujeta a valuaciones subjetivas. Además, el gasto público y privado debe racionalizarse.

La pregunta final: ¿Demandará el sindicalismo mexicano el retorno a una moneda de valor real?

*Ponencia presentada en el marco del foro "Sindicalismo", organizado por el periódico "El Regional del Sur", en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México, el 8 de mayo del 2002.