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¿En qué terreno debemos luchar?
miércoles, 13 de octubre de 2004
Hugo Salinas Price

Las relaciones entre naciones pueden ser armoniosas o competitivas. Ya que las naciones son regidas por gobiernos, las relaciones internacionales suelen ser competitivas, cuando no de velada lucha.

Von Clausewitz, famoso general de Federico Rey de Prusia, dijo una vez que “la guerra es la prosecución de la política, por otros medios.” Otra forma de plantear la misma verdad es: “la política es la prosecución de la guerra, por otros medios.”

En las relaciones internacionales nuestro país está en un estado de tensión continua respecto al resto del mundo. Dijo un Primer Ministro Británico en el Siglo XIX: “Inglaterra no tiene ni enemigos perpetuos ni amigos eternos; Inglaterra sólo tiene intereses.”

Un principio de la guerra es luchar en el terreno que más lo favorece a uno.

Ciertamente, no estamos en guerra ni deseamos la guerra con nadie. Pero, es inevitable el conflicto de intereses entre México y los Estados Unidos; conflicto que debe resolverse siempre por negociación. Tiene que haber conflicto, porque nuestros intereses difieren y tienen que diferir. Cada nación jala para su lado, lo cual es enteramente natural.

La inevitabilidad de tensión entre los dos países, por diferencia en sus intereses, lleva a la siguiente consideración: ¿Qué terreno debemos escoger para hacernos fuertes?

Un libro muy criticado por “racista” en los círculos “políticamente correctos” de E.U. ha mostrado el resultado de estudios del cociente de inteligencia o “I.Q.”de muchas naciones del mundo. (Del estudio está notablemente ausente, Israel.)

El resultado no es favorable para las naciones latinoamericanas.

El libro presenta los resultados de estudios hechos*, entre muchos otros países, en China (100), Japón (105), Hong Kong (107) y Taiwan (104), los cuales revelan que estas naciones obtienen los resultados más altos de I.Q. del mundo.

Los siguen los europeos:  Austria (102), Italia (102), Alemania (102)

Estados Unidos tiene un promedio de 98.

México, 87.

Las naciones africanas: Sud África, con el mejor nivel de África, 72

Bien podríamos tirar a la basura tales estudios, tildándolos de racistas e indignos de consideración. Sin embargo, quizás sería conveniente pensar en qué camino tomar, si acaso fueran fidedignos. Suponiendo que lo fueran, ¿Qué habría que hacer?

Tomando en cuenta que lo que conviene a una nación es enfrentar al adversario – y si todos los países del mundo tienen intereses propios que necesariamente chocan con otros intereses, entonces todos los países tienen “adversarios” – este tema del cociente de inteligencia quizás nos podría orientar.

¿Hemos de enfrentarnos a otras naciones del mundo, en el terreno en que no tenemos ventaja? El alto cociente de I.Q. caracteriza a las naciones tecnológicas, a las naciones influidas por la manía faustiana de manipular al mundo por medio de la ciencia, y explotar y cambiar el aspecto físico del mundo. El interés de estas naciones de alto I.Q. por la ciencia abstracta, por  altas matemáticas, física nuclear y subnuclear, genética, astrofísica y etc. no es un interés que compartamos los mexicanos. No nos nace; somos diferentes como seres humanos.

Hace cuarenta años, cuando era joven, visité a Disneylandia en California. Quise, después de la visita, replicar la orquesta de Disneylandia, en México. ¡Qué maravilloso sería tener en México, una orquesta que tocara marchas de Juan Felipe Sousa! Tuve que recurrir al síndicato de músicos del D.F., y me prepararon una demostración. Los músicos no eran altos y apuestos, eran chaparros, barrigones y bigotudos. La única marcha que se sabían era la “Marcha Zacatecas”. Me di cuenta que los mexicanos somos diferentes, no sólo en físico, sino mentalmente: no nos gusta marchar. Efectivamente, no somos una nación belicosa.

Pienso que si vamos a defender lo que somos, o sea, si vamos a defender nuestros intereses, lo tenemos que hacer no en el terreno donde tiene ventaja el adversario, el terreno donde importa decisivamente, el I.Q. Tiene que ser donde tenemos ventaja nosotros.

¿Cuál es ese terreno? Es el terreno de los valores que tenemos los mexicanos.

En ese terreno, superamos por mucho a los norteamericanos. Es en este terreno, donde no tenemos que ceder un centímetro, y donde podemos salir adelante con ventaja, respecto a la nación vecina.

Porque el I.Q. no es la medida de todo el ser humano. Hay otras medidas, otros valores que importan mucho más a la felicidad del ser humano, como son: la integridad, la lealtad, la Fe, la familia, el compadrazgo, la amistad. Estos valores son lo que hace feliz al ser humano completo, y esto es lo que han olvidado las naciones faustianas locamente engreídas con el número, base de la ciencia moderna: véase la plétora de estadísticas que producen sobre todo lo habido y por haber, las cuales examinan los “expertos”, una especie de sacerdotes de la Materia, buscando en las estadísticas augurios del futuro, como si fueran vísceras de una res sacrificada.

Prueba de que somos de diferente mentalidad los mexicanos, es que somos notablemente deficientes en recabar y estudiar estadísticas.¡Qué bueno! No es nuestro campo, no nos nace ni nos hace felices hacer estadísticas, hacer números. Estamos demasiado ocupados, viviendo la vida a nuestra manera.

Debemos dar la batalla por afirmar y fortalecer nuestra nacionalidad, raza, cultura e historia no en el terreno material, terreno por el cual Fausto pactó su alma a cambio de poder terrenal. Debemos perseguir los intereses de nuestro país, en el terreno de los valores que nos mueven. En ese terreno tenemos una gran ventaja y ahí seremos invencibles.

Error fatal es querer ser como otros, querer ser como no somos, competir donde no tenemos ventaja. Ser fieles a lo que somos, es la fórmula apropiada.

Nuestros valores, que son valores del espíritu, tienen apoyos en lo material. Hay cosas materiales que apoyan, dan soporte a los valores. La familia es material, son los seres queridos que amamos y acariciamos. La Iglesia ha reconocido el valor de los apoyos materiales: los templos hermosos, ricamente  decorados con imágenes sagradas, sirven de apoyo material a la Fe. El valor de la nacionalidad, se apoya en el Himno Nacional, así como en nuestra bandera tricolor. Los americanos no han entendido, que el ser compadre, es un nexo religioso, establecido en rito sagrado.

Otro apoyo fuertísimo a nuestros valores, sería la moneda tangible de metal precioso, de plata. Por este apoyo a nuestra nacionalidad, llevo nueve años de esfuerzo. La moneda de plata, de existencia y valor perdurable, que circulara entre todos los mexicanos, sería un apoyo tangible que haría recordar diariamente nuestra identidad nacional a todos los mexicanos, con la importancia que le damos; fortalecería admirablemente nuestro orgullo, otro valor imprescindible para defender lo nuestro, nuestra forma de ser como nosotros queremos ser, no como otros quisieran hacernos.

Nuestra moneda depende totalmente del dólar. Situación sumamente peligrosa para la nacionalidad. Ya vemos a nuestro alrededor, los estragos que ha causado dicha dependencia – no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo. Depender de la moneda de otra nación, es luchar en completa desventaja por nuestros intereses. Todos los países del mundo, se hallan en esta desventaja, y no tardará en aparecer el repudio a tal situación. Europa se ha unido, para tener su propia moneda y disminuir la influencia del dólar, para que los europeos puedan ser europeos y no colonia dirigida por control monetario americano.

Sólo contando con una moneda propia podemos resistir la influencia demoledora de nuestra nacionalidad del dólar. No se puede efectuar un cambio radical de nuestra moneda, sin padecer un colapso total de nuestra economía. Lo que sí se puede hacer, es introducir una moneda de plata en paralelo con nuestro peso actual, como alternativa para el ahorro familiar.

Esto es replegarnos a nuestro propio terreno, a nuestra propia fuerza que será inexpugnable. La moneda de plata representa la defensa de nuestros valores, en nuestro terrreno, no en terreno ajeno. Es el terreno donde podremos ser fuertes para defender los intereses de la mexicanidad, a largo plazo.

*Referencia: http://www.isteve.com/IQ_Table.htm