Oro a cambio de Espejitos

jueves, 20 de mayo de 1999

Octavio Fitch Lazo

Quienes promueven la dolarización, olvidan mencionar el costo que México tendría que pagar, comprando billetes y monedas de dólar a cambio de entregar bienes tangibles. Los dólares no serían gratuitos, lo hemos mencionado en esta página. Según los EU, nuestro oro en reservas también podría formar parte de la lista.

Por si existe alguna duda, cito la siguiente frase, tomada del estudio titulado "Impulsando la Dolarización Oficial de los Mercados Emergentes", elaborado por el Senado de los Estados Unidos. El él se establecen las condiciones que deberá cumplir un país dolarizado:

"Para obtener billetes y monedas de dólar, el país que se dolariza debe entregar activos altamente líquidos, de valor equivalente, contenidos en una pequeña lista que emite el gobierno de los E.U. El oro, que muchos países mantienen en depósito en el Banco Central de la Reserva Federal en Nueva York, también puede formar parte de la lista, aunque ésto hay que pensarlo..."

Vuelvo a citar parte del párrafo: "... el oro, que muchos países mantienen en depósito también podría formar parte de la lista, aunque ésto hay que pensarlo ..."

Podrían aceptar el oro a cambio, pero tienen que pensarlo.

El truco ya es muy viejo. Negociaciones como ésta se ven muy a menudo, en la calle: una vendedora muy necesitada y un cliente pudiente, que desea compar un artículo específico pero disimula su interés, para rebajar aún más el precio.

México está sentado en la calle, ofreciendo mercancías. Quizá nos hagan el favor de comprar el oro.

El costo de producir un dólar

Como argumento para convencer a los congresistas acerca de la conveniencia dolarizar las economías de América Latina, en beneficio de los EU, el mencionado estudio también indica lo siguiente: "Un billete de un dólar cuesta 3 cts. imprimirlo, pero el gobierno (de EU) puede usarlo para adquirir bienes por valor de un dólar".

Leyó usted bien: imprimir el billete cuesta 3 cts., pero EU compra con él bienes por valor de un dólar, lo cual significa una utilidad de 97 cts. Sin mebargo, imprimir un billete de 100 dls. también cuesta 3 cts. y en este caso la utilidad es de 99 dls. con 97 cts. Esto quiere decir que el oro mexicano, así como los demás activos altamente líquidos, habrán costado a la Reserva Federal de EU sólo un 0.3% de su valor real (en caso de que pagen con billetes de un dólar; si pagan con billetes de 100, o de 1,000, les habrá costado mucho menos).

Oro a cambio de papeles.

Bonito trato, para quien se queda con el oro. Por algo el estudio se titula "Impulsando la Dolarización Oficial de las Economías Emergentes"...

¿El dólar no se devalúa?

Algunos consideran que el dólar no se devaluará jamás, y por eso hay que adoptarlo. Hoy, el papel llamado dólar permanece relativamente estable, aunque nada garantiza que dentro de un mes o un año lo sea. Sólo es cuestión de remitirnos a la historia, para ver lo que sucede:

En 1947, mediante el acuerdo de Bretton Woods, los Estados Unidos convencieron al mundo de utilizar al dólar como moneda de reserva. Se prometió que éste sería redimible en oro, a razón de 35dls. por onza. De tal forma, quien tuviera 35 dls., en realidad tenía una onza de oro y lo podía reclamar a la Reserva Federal de EU, en cualquier momento.

Fué así como el mundo entero aceptó los dólares, hasta que un buen día, en 1971, suspendieron la convertibilidad. Simplemente, ya no quisieron entregar el oro. ¿Por qué? Porque no tenían suficiente oro para respaldar los billetes que habían entregado. En realidad, fué como si hubieran impreso recibos de bodega falsos, sin que existiera mercancía.

Ahora el dólar no es más que un papel, que ya no se respalda en nada, y una onza de oro vale 275 dls. Esto significa que el dólar ha tenido una devaluación de 685% con respecto al oro, desde 1947. Juzge usted si la dolarización es buen negocio.

- ¿Oro a cambio de papeles que se devalúan?

- ¿Espejitos?

- No, gracias. Ya hemos tenido suficiente.

México debe levantar su puestito ambulante de la calle. Debemos dejar de rematar los bienes, conservar el oro bien guardado y ponernos a trabajar, sin esperar a que nos salven. Podemos establecernos como un país digno, próspero y solvente, con la plata.