Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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La dolarización es suicidio nacional
lunes, 24 de mayo de 1999
Hugo Salinas Price

En los periódicos de la Ciudad de México, el día 24 de mayo, vemos que el Fondo Monetario Internacional se declara a favor de la dolarización de la economía de México, a través de una "Caja de Conversión" o "Consejo Monetario". Esta entidad, recibiría en depósito valores propiedad del Banco de México – bonos del Tesoro de los E.U. – y por una cantidad estrictamente equivalente, a una razón de digamos, 10 Pesos Consejo Monetario por 1 dólar de E.U., emitiría esa nueva moneda que llamaremos "Pesos Consejo Monetario" o PCM.

Los PCM llevarían símbolos tradicionales mexicanos, para disfrazar el hecho, repugnante a muchos mexicanos, de que ya no existe una moneda mexicana. Serían efectivamente, dólares disfrazados. El país quedaría dolarizado. Esto ahora lo favorece el FMI. El Banco de México ya no emitiría papel moneda.

En Monterrey, en la Universidad DUXX, patrocinada por el señor Romo, se han reunido recientemente jerarcas económicos de los E.U., entre ellos Steve Hanke, el gurú de los Consejos Monetarios, para seducir a los empresarios regiomontanos con la idea de la dolarización. Son muy susceptibles ellos a tal seducción.

Ya hemos mencionado muchas veces, que tal medida daría al traste con la nacionalidad mexicana y que pasaríamos a la categoría de colonia de los E.U. No hablaremos aquí, de la calamidad que esto significaría.

Nos limitaremos a examinar:

1. La situación financiera de los E.U., y sus enormes problemas que están por estallar, con consecuencias que se sentirán en todo el mundo, para demostrar que subordinar a México al dólar, no sólo traería nefastas consecuencias políticas y económicas al reducirnos a colonia de los E.U., sino que la moneda de los E.U. no es una moneda sana, estable y de confianza, a la cual nos conviene atarnos, porque equivale a subirse a una nave en peligro de zozobrar.

2. La penosa situación de la Argentina, que se ha dolarizado; mostraremos porqué su dolarización le ha traído tantos problemas insolubles.

3. La economía de E.U., para mostrar cómo su actual situación de productor de dólares, moneda de Reserva para los Bancos Centrales del mundo, le está acarreando dolorosas consecuencias, que sólo se agravarán mientras siga el dólar fungiendo como Reserva en otros países.

La situación financiera de los E.U. (datos cortesía de David Tice, The Prudent Bear Fund, en www.lemetropolecafe.com )

El año de 1998 fue un año histórico para el sistema financiero de los E.U. La deuda financiera aumentó en $953 mil millones de dólares, casi 30% más que la expansión del 1997. Los hogares americanos tomaron $369 mil millones de dólares de deuda adicional en hipotecas. Esto, comparado con $237 mil millones de crecimiento en 1997. Las compañías se endeudaron con una suma neta, adicional, de $343 mil millones de dólares, contra $258 mil millones en 1997. Estos excesos financieros palidecen, sin embargo, contra la expansión de crédito efectuado por sus bancos: el sector financiero incrementó sus deudas en $1.1 billones (millones de millones) de dólares, comparado con $653 mil millones en 1997. La deuda total en la economía de E.U., aumentó en la sorprendente cifra de $2.07 millones de millones de dólares en 1998, en comparación con $1.36 millones de millones en 1997. Así que cuando se habla de una burbuja crediticia en E.U., existe incontrovertible prueba de que existe tal burbuja.

En el año pasado, la medida más amplia de dinero en circulación, M3, aumentó en la cantidad sorprendente de $645 mil millones de dólares, comparado con $440 mil millones en 1997. Por comparación en 1994 M3 aumentó $80 mil millones. Si un sistema financiero crea esta cantidad de dinero y crédito adicional, habrá consecuencias inflacionarias. En este ciclo de auge, la inflación se ha manifestado en los precios de activos financieros. Desde luego, definitivamente no es coincidencia que las ganancias en el mercado de valores son el espejo de aumentos en el circulante. Durante 1994, el índice de la Bolsa neoyorkina "Dow" aumentó en 80 puntos. En el período 1997-1998, el "Dow" subió 2,733 puntos.

No existe precedente para este grado de creación de crédito. Con motivo de la crisis global y la debacle que estuvo a punto de ocurrir con la quiebra de fondos especulativos en 1998, la Reserva Federal bajó tasas de interés tres veces en seis semanas e incitaron un auge en la refinanciación de pasivos hipotecarios, lo cual causó un frenesí de gastos por los consumidores con sus consiguientes deudas adicionales. En un momento en que el sistema financiero de E.U. ya estaba generando un aumento excesivo de crédito, el bajar aún más las tasas de interés sólo proporcionó más combustible al cohete.

Por favor léase lo anterior con detenimiento. El cuadro que se presenta, ¿es de una economía que se maneja en forma prudente? Los aumentos en el circulante M3, de $1.085 millones de millones en sólo dos años, ¿no suena a lo que ocurría en México cuando Echeverría y de la Madrid? A esa economía, y a esos dólares, ¿nos conviene atarnos para siempre? Según David Tice, a quien hemos citado, los E.U. viven una burbuja inflacionaria y especulativa sin precedente. Toda burbuja revienta. ¡No, no cometamos la locura de dolarizarnos!

Ahora, examinemos el triste caso de la Argentina dolarizada.

En teoría, debería estar muy bien. Según Steve Hanke, debería estar gozando de una excelente situación. Entonces, ¿qué pasa? La tasa de desempleo, según las últimas cifras que hemos visto, es de 18.3%. ¿Por qué? El peso argentino está ligado al dólar 1:1 por una especie de Caja de Conversión, aunque con algunas trampas.

Con los sueldos en pesos que virtualmente son dólares, pues salen caros los sueldos de los argentinos. Siendo argentinos que, como todos los demás latinoamericanos sabemos, piensan que son superiores, se niegan a recibir sueldos al nivel de los chinos. Por lo tanto, sus exportaciones están mermando. Ahora bien, si no hay exportación en exceso de importaciones, salen dólares de su Caja de Conversión y hay menos pesos en circulación. El déficit de exportación se traduce en reducción del circulante. Al haber menos circulante, hay una presión deflacionaria, los negocios se marchitan y algunos como la Generadora Güemes, dejan de pagar deudas, antesala de la quiebra. La presión a la baja sobre los salarios se vuelve más fuerte todavía, y agrava el desempleo, pues a los ches les gusta la buena vida y como son revoltosos, el gobierno argentino subsidia el desempleo para que no se mueran de hambre antes que trabajar.

No basta decir, "Pues que bajen sus ambiciones salariales los argentinos, para que puedan exportar." Por la razón muy sencilla que tan pronto vuelva a devaluar Brasil, o peor aún, cuando devalue China, o cuando se caiga su mercado externo por un colapso ajeno en otra parte del mundo, los argentinos se verán progresivamente impulsados a la miseria, por falta de exportación. Es que una economía basada en una moneda ajena, el dólar, vive de la exportación; su economía se distorsiona, su centro de gravedad está fuera del país. Los famosos "factores exógenos" la tienen perpetuamente en jaque.

Brasil, a quienes exportaban automóviles, se les cayó a los argentinos, lo cual significa que exportan menos, reciben menos dólares, y como acabamos de explicar, esto redunda en – menos circulante en Argentina. La cosa se pone muy difícil.

Menos circulante, presión deflacionaria. Pero más aún. Como el dólar ha estado subiendo inconteniblemente en los mercados mundiales, el peso argentino, dólar disfrazado, también tiene que subir, y eso encarece sus exportaciones, las disminuye aún más, y también disminuye el circulante, como hemos dicho.

Por otra parte, en E.U., como vimos en la sección anterior, la expansión de crédito no tiene precedente. Allá ha habido dólares sin límite para comprar, en todo el mundo, lo que se les antoje. Esos dólares viajan a todo el mundo, y son recibidos ansiosamente por los Bancos Centrales, que requieren de más y más reservas. Los Bancos Centrales del mundo quieren participar de la expansión de crédito, y reciben los dólares con gusto. A cambio, imprimen billetes y facilitan el crédito. Pero para recibir los billetes, necesitan los países vender algo a los americanos – lo que sea: bancos, compañías, propiedades, recursos naturales – todo está en venta a los americanos. Otra forma de exportar, para conseguir los benditos dólares, es vender la Patria entera.

Argentina está atrapada por un peso que es un dólar disfrazado de peso argentino. Aumentar su crédito interno, significa primero conseguir dólares mediante exportación en exceso de importaciones. Más producción al extranjero, en lugar de producción para los argentinos. Para lograr eso, tienen que competir con los salarios chinos. Los argentinos se rehusan a ello. Es un círculo vicioso: se tiene que exportar riqueza, o vender la patria, para tener los dólares para expander la planta productiva para poder exportar más riqueza y conseguir más dólares, moneda de papel, irredimible, etc.

El espejismo que sedujo a los argentinos, fue creer que al dolarizar, vivirían como los americanos. Nada más falso. E.U. tiene el monopolio de crear dólares de la nada, y exportarlos a todo el mundo, sin traba alguna. Nosotros, si nos dolarizamos, no tendremos esa ventaja, como no la tienen los argentinos. Los americanos, siendo nuestros vecinos, amablemente comprarán a México entero. Por lo demás, estaremos como los argentinos, atrapados. Si sube el dólar, nos va mal. Y si baja, también nos irá mal o peor.

Por último, algunos comentarios sobre los E.U. Las presiones populistas para frenar el alud de importaciones, van en aumento. En marzo, entró una catarata de $19.7 mil millones de dólares de mercancías en exceso de las exportadas (déficit de exportación). Mercancías baratas de todo el mundo, pagadas con dólares de papel, irredimibles. Por eso parece que no hay inflación, que no suben los precios. Es que lo que se importa, no sube de precio. No así lo que no se puede importar, como las acciones, cuyo índice anda por las nubes en 10,000 o más unidades. Los terrenos y la construcción, en tremendo auge.

La población, en cuanto consumidores, está satisfecha, mas no así en cuanto empleados de manufacturas, porque se vuelve punto menos que imposible manufacturar algo con utilidad, en los E.U.. La presión sobre sueldos es enorme. Los despedidos de manufacturas sólo hallan empleo volteando hamburguesas. Los trabajadores no están contentos con la "exportación de sus empleos" a lugares donde los sueldos son más baratos.

Por otra parte los agricultores, otro bloque político importante en E.U., tampoco están contentos. Producen mucho. Lo que pueden comer los E.U. tiene un límite, y se produce para exportar. Pero el dólar sube, y encarece las exportaciones. Por otro lado, el resto del mundo está en crisis, y o no quiere importar, porque es perder dólares, o no puede importar porque no tiene dólares. Así que los agricultores andan muy mal económicamente. Para bajar sus costos, y volver a exportar, se necesita devaluar el dólar.

Así es que en E.U. no andan nada bien las cosas, aunque tenemos la impresión de auge y de potencia ilimitada. Las presiones proteccionistas van en aumento. Acaban de cerrarnos la puerta a las exportaciones de acero, con el pretexto de que se trata de "Dumping". No tardarán en levantarse barreras generales a las importaciones, y probablemente se devalue el dólar.

El dólar no es una moneda maravillosa. Es una mala moneda, de papel, producida por nuestros vecinos cuyas ambiciones sobre México, su vecino pobre al Sur, nunca han ido en provecho, sino en detrimento, de nuestra vida nacional.

El dólar hoy, es tan frágil como el peso en 1975. Sólo se requiere de un accidente financiero imprevisto, como por ejemplo, el derrumbe del Japón; o lo que está en puerta, la devaluación de la moneda china, el renminbi, para que se venga abajo la economía americana.

No nos debemos de subir a ese barco, por más lujoso que parezca el crucero.

La moneda de plata, con su valor intrínseco, y un sistema bancario basado en esa plata, es lo que necesitamos para poder desarrollar lo nuestro con nuestras propias fuerzas. La moneda de plata nos permite crecer, con bajos intereses, y al mismo tiempo, tener un sistema bancario estable. Nos permite exportar, cuando nos conviene, y no exportar, cuando no nos conviene. Nos permite aislarnos de "factores exogenos" como les gusta decir a los economistas. Nuestra estabilidad sería propia, y no una ilusión pasajera, como lo sería el peso de la Caja de Conversión.

No cometamos suicidio nacional, a pesar de las recomendaciones en ese sentido de la Universidad DUXX.