El pasado mes de mayo, la correduría Goldman Sachs orquestó, con la Reserva Federal de Nueva York y el Banco de Londres, la venta de más de la mitad de las reservas de oro del Banco Central inglés. El día 6 de ese mes, Deutche Bank, Chase, Swiss Bank y Goldman remataban 415 de las 715 toneladas que había.
El primer ministro Tony Blair se defendió diciendo que fue una decisión del Banco de Inglaterra. El Banco de Inglaterra respondió que fue una determinación del Tesoro. Y el Tesoro, que finalmente aceptó haber tomado la resolución, reveló que esta se dio "después de muy poca discusión".
Con esta acción no sólo se traicionó al pueblo inglés, que perdió sus reservas a un costo de más de 400 millones de libras esterlinas. Además, se perjudicó a varios países africanos y se destruyeron enteras compañías mineras.
La acción fue totalmente falta de ética. Es la primera vez, en veinte años, que un Banco Central hace un remate con anuncio anticipado. Sabían que se devastaría el mercado por temor psicológico, y que el metal se malbarataría a precios de quiebra. En solo tres días el oro se devaluó en un 15%.
Allan Greenspan avaló la acción diciendo que "sería inapropiado que una institución pública se aproveche de los participantes privados del mercado y efectivamente venda al mercado, así que anunciaron sus ventas de oro". No obstante, recomendó a los Estados Unidos conservar su oro "pues sigue representando la forma fundamental de pago en el mundo". Y recordó que Alemania pudo comprar materiales durante la guerra sólo con oro. "La moneda fiduciaria, dijo, en casos extremos, nadie la acepta. El oro, en cambio, siempre es aceptado".
El 6 de julio, los principales mineros de oro demandaron a Blair contestar a los rumores de que la venta de oro fue planeada para ayudar a especuladores.
El tema es muy serio pues el precio del oro se ha mantenido inexplicablemente bajo, a beneficio de unos pocos bancos comerciales y de inversión que convencieron a los bancos centrales de que les prestaran parte de sus reservas metálicas a una tasa del 1%, sobre lo cual ellos prestaban al 5%. Las denuncias comenzaron a correr el año pasado, pues las posiciones en corto llegan a 14 mil toneladas de oro, cuando sólo se producen 2 mil 500 anuales.
Por ello, las bancas de inversión maquinaron derribar el precio del oro para que, llegado el momento de regresar a los bancos centrales el oro prestado, lo pudieran recomprar más barato en el mercado.
En los últimos años se ha estado rematando y escondiendo el oro. Están de por medio acuerdos subterráneos entre Long Term Capital Management y las 14 instituciones financieras que comienzan a ser investigadas por la Oficina General de Contabilidad de los Estados Unidos para ver cómo fue tramado todo esto.
Esas mismas instituciones serán cuestionadas pronto por los furiosos inversores en lingotes que querrán saber cómo el Counterparty Risk Management Group, liderado por Goldman Sachs y JP Morgan, no es considerado un auténtico cártel cuyas acciones han violado los acuerdos anti-trust Sherman y Clayton.
El precio del oro se va a disparar por las nubes, pero ¿cuándo? Hasta ahora, las posiciones en corto se mantienen, con todo y que la tasa vigente no es suficiente como para cubrirlos. Sería en febrero del 2000 cuando el contrato de futuro quiebre los cortos y una revaluación abrupta se desate por la demanda de inversionistas, intermediarios y especuladores.
Pero no sabemos si algún acontecimiento pueda precipitar una corrida subrepticia antes de esa fecha. Este podría ser el pánico, dolosamente provocado, ante el colapso digital del 1 de enero del año 2000, amén de una caída del dólar o de la bolsa antes de esa fecha.
A este respecto, es significativo el anuncio de Henry Kissinger en el sentido de que antes del 31 de diciembre va a retirar todo su dinero del banco. Curiosamente, Kissinger está relacionado con el grupo de Risk Management.
Dos artículos nos pueden revelar las magnitud del peligro que enfrentamos:
http://www.y2knewswire.com/bankchart.htm
y
http://www.plata.com.mx/plata/comHSP2reservas.htm
Una de las señales de que la crisis del oro ha comenzado, y de que su precio se va a disparar, es que la tasa a la que prestaron las bancas centrales ha subido del 1% al 4% anual (contra casi 5% del Tesoro). Esto quiere decir que ya hay tensión entre estas instituciones, que exigen la devolución, y las bancas intermediarias que se verán en serios aprietos.
De ser así, la manipulación del precio del oro podría terminar afectando la estabilidad del sistema financiero, al amplificar la tormenta que sobre éste parece avecinarse