Lo que no necesita explicación: La Moneda de Plata

martes, 26 de septiembre de 2000

Francisco Helguera Ramírez

En realidad, de una manera u otra, la racionalidad del uso de la plata en el sistema monetario, ya está en la mente del mexicano; de hecho, lo ha estado siempre.

En el lenguaje familiar, la plata significa riqueza, representa al dinero, es sinónimo de autenticidad.

Para decir que tenemos dinero decimos que "tenemos plata", para decir que una casa está limpia, decimos que está como "tacita de plata", para decir que alguien es de buena cuna, se dice que nació "con cuchara de plata en la boca" y para enfatizar que se está diciendo la verdad, se dice que "se está hablando en plata" . Cuando un matrimonio ha sido exitoso y cumple veinticinco años, celebra sus "bodas de plata"

A nadie se le ocurriría decir que algo brilla como dólar o que está limpio como dólar o, para significar que se dice la verdad, que se está hablando en dólar...

Es más, cuando se quiere decir que alguien o algo está sucio, se dice que está mugruso como billete viejo de un dólar...

Para el gaucho argentino, la plata está en su atavío y es altamente simbólica. En más de un poema, se menciona "el cuchillo de plata" y funda y mango de alguno de estos instrumentos, como alarde de riqueza, eran de plata. Plata lleva su cinturón y la hebilla, plata lleva su cuchillo.

Plata lleva el charro mexicano, en la botonadura de su traje, en su silla de montar, en el mango de su pistola, en la empuñadura de su machete.

Plata, en fin, es la que se pone en una mesa en charolas y servicios, como alarde y para agasajar al invitado.

Plata es la que se guardaba en el rincón más recóndito del ropero de la abuela, de plata era la moneda que se recibía allá por Navidades o cumpleaños y se atesoraba.

Plata era la que los padrinos rumbosos lanzaban en los bautizos a los asistentes, para que el niño no saliera miserable...

De plata, en barras tendidas sobre el piso, fue el camino que recorrió la hija del Conde de la Valenciana desde su casa hasta la iglesia el día de su suntuosa boda, allá en Guanajuato.

De plata los candelabros, ornamentos y útiles de la iglesia en tiempos de la Colonia.

Plata, plata mexicana que se desperdigó por todo el planeta y fue la moneda confiable y fiel de incontables países.

Plata mexicana que habló un idioma universal que todos entendieron cuando circuló y que todos entenderán si vuelve a circular.

O plata peruana, o plata argentina, o plata canadiense o plata de los Estados Unidos. Pero plata, como moneda que no tiene que ser "valuada" y no necesita fijarse a una paridad. Porque en todos lados, todo mundo sabe lo que es y lo que vale una moneda de plata.

Plata como moneda de autentica globalización, de indudable universalidad. Plata como garantía de autenticidad de una moneda e inevitable austeridad en su emisión.

Plata y no billetes excluyentes, de valor convencional y muchas veces inestable.

Plata como pago honorable de salarios y materias primas. Plata para un ahorro que perdure.

Plata para un futuro y un presente.