Un caso de conciencia

martes, 3 de abril de 2001

Francisco Helguera Ramírez

Con la integridad que es frecuente encontrar en los Norteamericanos, gracias a Dios y que los bendiga por eso, el Sr. Richard J. nos envió un e-mail muy interesante, reproducido aquí para el gusto y beneficio de nuestros lectores:

"Como uno del pequeño porcentaje de norteamericanos que comprenden como los Estados Unidos han robado la riqueza de otras naciones, le deseo buena suerte en su intento de regresar a un sistema honesto de pesos y medidas para su país y el resto del mundo. El dólar en su forma presente, no sólo constituye un robo a sus socios comerciales, sino también a los mismos ciudadanos de los Estados Unidos.

Nuestras probabilidades de regresar a una moneda respaldada por oro o por plata, son escasas, como usted debe saberlo, ya que esto causaría una pérdida de poder y control de parte de las personas a quienes hemos elegido para representarnos en nuestro gobierno. Las pocas personas que comprenden esta situación y podrían estar de acuerdo, son minoría . Su nación y otras más que, como la suya, están bajo la esclavitud del dólar norteamericano, deberían estar maduras para la remonetización de la plata. Temo que en su país existan intereses que puedan oponerse a sus ideas, pero si usted logra conseguir el apoyo de los ciudadanos, tiene cuando menos una posibilidad. Buena suerte en su batalla, ya que su lucha no sólo es a favor de los ciudadanos de su país, sino también a favor de todos aquellos que comprenden de dónde proviene nuestra riqueza y no son partícipes voluntarios de este crimen".

Sinceramente, Richard J.

Indudablemente, tiene razón en decir que es uno de los pocos que entienden cómo los E.U. han robado la riqueza de otras naciones. También es importante recordar que el procedimiento de comprar todo en el exterior con dólares de papel, es devastador para la manufactura y otras actividades productivas de los E.U. porque el empleo se traslada al exterior y muchas plantas norteamericanas son cerradas.

Lamentablemente, tiene razón. Tal como lo vemos nosotros, no sólo en los E.U. sólo un puñado de personas entiende lo que él llama "Crimen". En nuestro país no faltan cómplices al mencionado crimen. Sin embargo, en mi experiencia, siempre que un Norteamericano comprende la enormidad del delito cometido, reacciona repudiando los actos de su propio gobierno.

No sólo en asuntos monetarios, sino en todos los aspectos de la vida, la integridad es todavía una noble característica de muchos ciudadanos de Norteamérica.

Francisco E. Helguera