La moneda de plata duradera

lunes, 3 de diciembre de 2001

Hugo Salinas Price

En últimas fechas, se ha expresado la idea de que sería bueno utilizar la plata en la acuñación de monedas mexicanas para incrementar la demanda de este metal, y en esa forma ayudar a la industria minera de la plata. ¡Qué bueno que se comienza a pensar en usar la plata para acuñar monedas! Ciertamente, es la mejor forma de ayudar a la minería.   

La forma más sencilla de usar la plata, es como “decoración”, o sea, ponerle un poco de  plata a cada moneda. Como el mexicano estima la plata, guardará automáticamente cualquier moneda que contenga la más mínima cantidad de plata, simplemente porque es bonita.

La acuñación de tal tipo de moneda, absorbería grandes cantidades de plata, y causaría  gran satisfacción entre los mineros. Sin embargo, esta aplicación “decorativa” no es la que le conviene al pueblo. Veamos algunas razones:

1. 1.      No lo protege contra la inflación. Tal moneda decorada con plata, y con un valor nominal grabado, no subiría de precio – no “flotaría” como lo hace el dólar diariamente – con las alteraciones del tipo de cambio. Si llevara grabada “$100 pesos” por ejemplo, seguiría valiendo $100 pesos aun en el caso de un desplome del valor del peso. Se ahorraría la moneda, por bonita, pero no representaría un refugio para el ahorro.
2. 2.      Para los mineros, acuñar estas monedas sólo representa una ayuda momentánea. En cuanto subiera el valor de la plata suficientemente, las monedas atesoradas tendrían demanda para ser fundidas y revendida su plata en el mercado. Así, volvería a presionarse el precio de la plata.
3. 3.      La moneda acuñada que contiene plata y que lleva un valor grabado en pesos, necesariamente se irá a la fundición cuando el valor de su contenido en plata rebase el valor grabado en pesos.

El uso más deseable de la plata, para auxiliar a la minería en el presente y en el futuro, consiste en acuñar monedas como la onza de plata pura “Libertad” que ya existe. Esta moneda no tiene valor nominal, sólo valor intrínseco.

El plan ruso

Ahora vienen noticias sorprendentes respecto al oro y la plata, de Rusia, nada menos. El plan ruso del 5 de marzo del 2001, es similar al que hemos estado proponiendo, con una diferencia muy importante que realmente nos hace abrir los ojos. Para adaptar las buenas ideas rusas a nuestra onza de plata “Libertad”, sólo se requiere de un paso muy sencillo:

Mediante una sencilla modificación a la Ley Monetaria, el Banco de México le asignaría un valor –un “poder liberatorio”- a la onza, periódicamente, basándose en 1. El precio internacional de la plata 2. El tipo de cambio peso/dólar 3. Las necesidades del Banco de México.

De esta manera, se agregaría una moneda más, la onza “Libertad”, a nuestro sistema monetario.

El Banco de México podría el día de hoy, por ejemplo, cotizar la onza en $60 pesos. Eso es lo que valdría la onza en el comercio. Millones de mexicanos desearían cambiar sus billetes por onzas “Libertad”, ya que les servirían las onzas exactamente igual que los billetes.

Si subiera el precio de la plata, o si subiera el dólar, el Banco de México podría cambiar la cotización a su arbitrio, digamos a $65 pesos, o a $75 pesos, o a $100 pesos o más, según las circunstancias.

Si la plata bajara de precio, la cotización no bajaría, permanecería sin cambio.

Los ahorradores que tuvieran estas monedas, verían protegido su ahorro contra la devaluación, no sólo del peso mexicano, sino contra la devaluación del dólar, que puede presentarse sorpresivamente, ya que los americanos están emitiendo cantidades enormes de circulante, algo que siempre causa devaluación, y el dólar no se escapará de lo que en todas partes ocurre cuando se emite mucha moneda.

La onza “Libertad” sería una moneda superior al dólar; flotaría permanentemente en un mar de billetes no solamente mexicanos, sino también americanos. Sería el vehículo idóneo para el ahorro a largo plazo, que tanta falta hace. Su acuñación ayudaría enormemente a la minería.

Esa forma de usar la plata, es la mejor para el país. Nos daría una moneda sólida que seguiría sirviendo a México por cien años o más. Ojalá que nuestras autoridades monetarias perciban la importancia de esta medida.