En el artículo de primera plana de la revista “Acción”, (26 de agosto 2002) se informa que el Presidente Fox dijo en Tlaxcala el 16 de agosto, que las reservas del Banco de México, de $45 mil millones de dólares son tan enormes que “casi no sabemos qué hacer (con ellas)”.
Muchos son los bancos centrales del mundo, que están en las mismas condiciones, de tener reservas excesivas de dólares. “Acción” afirma que nos sobran unos $14 mil millones de reservas, y propone obras públicas, para darles uso.
El problema es que estas reservas son producto de inflación exportada de E.U., donde se ha producido en años recientes una expansión del crédito grotesca. Esto ha producido poder de compra en dólares, que se han ido al extranjero a comprar manufacturas y recursos.
No hay forma de usar las reservas excesivas acumuladas por México, sin causar trastornos inflacionarios aquí. La inflación es inflación, ya sea hecha en casa o importada. Si se usan para pagar obras públicas, de todos modos tendrán efectos inflacionarios en México.
Estos dólares de E.U. están “leprosos”, no hay que recibirlos, y si se reciben, hay que deshacerse de ellos pasándolos al extranjero – no hay que usarlos en casa. Esto es lo que hacen los americanos.
Un uso muy apropiado para las reservas excesivas del Banco de México, sería re-exportarlas para comprar oro. Esta sería una excelente inversión.
Otra medida magnífica, sería que el Banco de México usara los dólares excedentes para comprar plata, misma que podría acuñar en monedas de una onza sin valor nominal, para ponerlas a circular en paralelo con los pesos de papel, con un valor flotante cotizado por el B de M diariamente, y con pleno status de moneda de curso legal. Esta medida elevaría el valor mundial de la plata sustancialmente y ayudaría a la minería mexicana así como a la del Perú, de E.U. y de Canadá, los principales productores de plata.
¿Sería inflacionaria esta compra de plata? Al cambiar dólares por plata, sube el precio internacional de la plata, que no ha subido antes, por la manipulación a la cual se le somete (ilegalmente según algunas personas que saben de esto). Lo que revelaría el alza de la plata, es el verdadero valor del dólar – por eso mismo se manipula el precio, para ocultar la descomposición del dólar.
No es lo mismo, en nuestra opinión, “inflar”, que quiere decir poner a circular más y más billetes cuyo valor cae, reflejándose la caída en alzas de precios de mercancías, que tomar una medida que eleva el poder de compra de una moneda. Seguramente el público, al ver y sentir que su moneda de plata adquiere más y más valor, actuaría en forma que sería muy estimulante para la economía. Este estímulo, sin embargo, no sería nocivo como el que se busca con imprimir billetes y expandir el crédito: es estímulo basado en un valor real y tangible de moneda de plata que toma su correcto valor en el mercado internacional.
La compra de oro o plata, o ambos metales, por el Banco de México sería una medida prudente. El Banco Central Europeo pone el ejemplo, pues conserva 15% de sus reservas monetarias en oro, cotizándolas mensualmente al precio de mercado. Claro que si México siguiera este ejemplo, le disgustaría a los americanos, y evidentemente el Banco de México ha juzgado que no conviene agitar al avispero.
Sin embargo, el problema fundamental de reservas de dólares excesivas, mismo que comparten muchos bancos centrales del mundo, tendrá que caer por su propio peso algún día. No sabemos qué incidente podrá provocar una corrida del dólar como reserva, pero tarde que temprano, los bancos centrales del mundo se van a abalanzar sobre el oro para deshacerse de sus dólares.
Es una acción natural y necesaria, y no podrá postergarse indefinidamente.