¡Lo que es la ingenuidad! Hace poco tiempo, vine a descubrir que El Mago de Oz era una alegoría, en la cuál el camino amarillo representa el oro, las zapatillas de Dorothy debían haber sido plateadas, representando la plata ( En la película, por una típica mixtificación hollywodense fueron rojas) y la Ciudad Esmeralda y su Mago, que terminan siendo un fraude, representan el mundo de la moneda fiduciaria, el verde dólar. ¡Qué frustración! . Menos mal que eso lo descubrí ya de adulto y pude asimilar el golpe. Hay mucha gente que todavía cree en los poderes del Mago de Oz.
Yo me consolaba pensando: Bueno, aún me quedan, entre otros, Blanca Nieves, La Cenicienta, Alicia en el País de las Maravillas, La Bella Durmiente, El Patito Feo y mi favorito ¡Pinocho!
Luego, uno a uno, fueron cayendo: a todos les fui encontrando sentido político, económico, social... E iban desapareciendo de mi personal mitología infantil. Por ejemplo, el patito feo representa a algún eterno candidato presidencial, con la diferencia de que este nunca se convirtió en cisne. La Cenicienta, representa a infinidad de mujeres que sueñan con el Príncipe que bailará con ellas toda la noche y al día siguiente se lanzará a buscarlas con el zapato (O el guarache, según el caso) en la mano para identificarlas y casarse con ellas. O para proponerles su candidatura a algún puesto de elección popular. |
La Loca Tertulia del Té, de Alicia en el País de las Maravillas, con la liebre, el sombrerero loco y el lirón, es una clara alusión al congreso.
La Reina, no hay duda, mandando cortar cabezas a diestra y siniestra, es una visión profética que tuvo Lewis Carrol sobre Bush.
Blanca Nieves aún me resulta una confusa historia de promiscuidad.
La Bella Durmiente, no hay duda: es la procuraduría del D.F.
Pero Pinocho... Permanecía incólume. Es un cuento infantil y nada más. Bueno, eso creí hasta hace poco. Porque ¡Oh desilusión! Acabo de descubrir, tras un profundo análisis, que en la versión de Walt Disney del cuento de Pinocho, está contenida la más mordaz descripción del pacto de Bretton Woods.
Para empezar, el Zorro representa a Milton Friedman. El Gato aún no lo identifico plenamente, porque hay muchos probables retratados. El caso es que Pinocho y un montón de adolescentes (representando a igual número de países), son seducidos con la visión de un paradisíaco lugar en donde todo es gratis y además, no hay que trabajar ni hay que ir a la escuela. ¡Un maravilloso mundo lúdico, de holganza y hedonismo!. ¿Quieres algo? ¡Cómpralo, lo único que tienes que hacer es imprimir más billetes!. O si ya imprimiste demasiados, te doy crédito, ¡no faltaba más!. Y así como en la película los irresponsables jovenzuelos empiezan a rebuznar y luego les empiezan a crecer las orejas y les aparece la cola, para ir convirtiéndose paulatinamente en burros, a los países que se dejaron seducir por la atracción del dinero fiduciario les han ido apareciendo orejas, colas y su voz suena a rebuzno. Algunos, ya lamentablemente convertidos en pollinos, están en el proceso de ser llevados al mercado para su venta.
Otros, quizá tengan remedio y puedan ser salvados, aunque lo veo difícil...
La realidad, es que sólo por ingenuo no había descubierto la alegoría.