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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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El dinero imaginario
viernes, 15 de julio de 2005
Hugo Salinas Price

El dinero es el medio de intercambio de bienes y servicios generalmente aceptado en una sociedad.

Existen distintos tipos y formas de dinero.

Dinero real. A través de la historia, el dinero real ha sido el oro o la plata. Por razones de conveniencia, estos metales fueron amonedados con el sello de la autoridad gobernante, que hacía constar la pureza y peso de la moneda. Acuñar monedas de oro y plata ha sido siempre un acto de soberanía.

Dentro de la larga historia del uso humano del dinero, únicamente los últimos 300 años, aproximadamente, han visto la invención de nuevas formas de dinero. La burbuja monetaria del escosés, John Law, en Paris en los años 1718-1720 marca el primer ensayo con papel moneda, que tuvo un desenlace catastrófico.

El dinero real sigue existiendo, porque su existencia responde a las necesidades de la naturaleza humana; sólo ha caído en desuso – sin dejar de existir – por las trabas que los gobiernos han establecido a su uso.

El dinero fiduciario. Se le llamó así, porque no se trataba de monedas de oro o de plata, sino de certificados que prometían la entrega de la moneda de oro o de plata, al tenedor. Algunos certificados fueron simples constancias de un depósito de oro o plata, a favor de un titular; otros certificados tomaron la forma de “pagarés” emitidos por alguna compañía bancaria. Eran pagarés sin fecha de vencimiento y “cobrables” en oro o en plata, a la vista y al portador.

El primer dinero fiduciario que apareció en México, fue billetes-pagarés emitidos por una sucursal mexicana del Banco de Londres y Sud América, en el año 1854. Fueron recibidos con escepticismo, justificado por la historia subsecuente del papel moneda en nuestro país.

Se le llamó dinero fiduciario por la raíz latina del vocablo, “fido”, que significa “confío”. El tenedor del billete “pagaré” confiaba que el emisor del pagaré entregaría oro o plata, contra presentación del billete.

Hoy en día, en el año 2005, ya no existe dinero fiduciario en el mundo.

Ningún billete en el mundo moderno, representa algún derecho exigible por su dueño, a cargo de quien emite el billete.

El dinero fiat. Se le llama así, al dinero que no promete la entrega ni de oro, ni de plata, ni de ninguna otra cosa, al portador del mismo. La palabra “fiat” significa “hágase”, en latín. Es dinero que existe por decreto del poder que gobierna. No tiene “respaldo” alguno, no promete entrega de algo de valor a su dueño; existe por decreto y por la fuerza del gobierno que impone ese decreto. Hoy en día, sólo existe dinero fiat en el mundo.

El dinero “fiat” vale en el comercio, porque en el momento de su creación, sustituyó a otro dinero que sí era algo de valor, como en el caso del dinero real; o prometía algo de valor, en caso del dinero fiduciario.

El dinero, real o fiduciario, anterior al dinero “fiat”,  transmitió una parte de su valor al dinero “fiat”. Aunque fuese con algún descuento, grande o pequeño, es del dinero anterior, de donde el dinero “fiat” adquirió su valor y aceptación en el comercio.

Se conoce la fecha precisa en que dejó de existir en el mundo, el dinero fiduciario y quedó en su lugar exclusivamente dinero fiat. Esa fecha es el 15 de agosto del año 1971, día en que el Presidente Nixon de los Estados Unidos declaró nula la promesa de redimir  - pagar – oro por dólares en poder de Bancos Centrales del mundo, a razón de  una onza de oro por cada $35 dólares presentados para su cobro.

El dinero fiat imaginario. Con el dinero fiduciario emitido por bancos nació otro tipo de dinero, que consiste en un saldo a favor de un cuenta-habiente en un banco. Al dejar de existir el dinero fiduciario, las cuentas bancarias de depositantes se volvieron cuentas en dinero fiat imaginario.

Este saldo ya no es como el dinero real, que consiste en una moneda de oro o plata, cuya posesión por su dueño es física.

Tampoco es como los billetes y monedas de dinero fiat físico, es decir, dinero que se puede llevar al bolsillo.

Este dinero en cuenta de banco, es enteramente imaginario; sólo existe como una cantidad de unidades (unidades de nada, simples dígitos en una computadora) en una cuenta que lleva el nombre de uno o más dueños.

Es prueba de la enorme fuerza de la imaginación humana que la mayor parte del dinero que existe en la economía mexicana es dinero en cuentas bancarias y su existencia es totalmente imaginaria. Existe sólo como dígitos pitagóricos.

Al 31 de mayo de 2005, existía en México la cantidad de $278 mil millones de pesos en billetes y monedas de dinero fiat. Este dinero tiene una existencia física. Por comparación, a la misma fecha existía la cantidad totalmente imaginaria de $616 mil millones de pesos en saldos bancarios a favor de depositantes, que sumada a los billetes y monedas da un total que se identifica como “M-1” o el “circulante monetario”: $894 mil millones de pesos. (Datos, redondeados, del Banco de México.)

O sea, que 69% del dinero que usamos los mexicanos existe sólo en nuestra imaginación colectiva.

Ahora bien, la imaginación es una gran facultad del cerebro humano, pero es voluble y fugaz y por definición se desprende de la realidad. Como los “castillos en el aire”,  tiende lo imaginario a desaparecer ante el contacto con cualquier problema planteado por la existencia.

Examinemos los peligros que se les presentan  al dinero real, al dinero fiat y al dinero imaginario:

Peligros que corre el dinero real 

Tiene un valor real que consiste en el valor del metal del que está hecho. Por lo tanto, es de importancia clave su posesión.

Se puede extraviar; es posible que se nos robe de donde lo tenemos guardado. Por otra parte, si lo tenemos guardado bajo la custodia de otro, ya sea persona o institución, el custodio se lo puede apropiar ilegalmente o con un pretexto legal, o puede ser confiscado por el Estado y retirado de manos del custodio.

Otro riesgo para el dinero real, es la falsificación. Éste es un problema relativamente insignificante, en comparación con las desventajas de otros tipos de dinero, como veremos.

El dinero real no puede perder todo su valor; siempre valdrá algo.

Cuando el dinero real (con valor nominal grabado) coexiste con el dinero fiat, es inevitable que llegue a su “punto de fusión”, que se da cuando el valor del metal del dinero real, expresado en unidades de dinero fiat, supere a su valor nominal grabado. En ese momento, sale de circulación y ya no es dinero. Es atesorado por su valor metálico, o conservado por numismáticos, o va a dar a la fundición.

Peligros que corre el dinero fiat físico

Al igual que las monedas de dinero real, se pueden perder los billetes y monedas de metal común del dinero fiat físico.

Un problema menor, es el riesgo de recibir en pago billetes falsos.

Por lo general los billetes y monedas no desaparecen; simplemente cambian de dueño, como sucede con las monedas de oro y plata.

El riesgo mayor de ser dueño de billetes fiat radica en que están siempre en proceso de perder valor, porque la emisión de cantidades adicionales es constante. El billete puede llegar a valer nada o casi nada, no obstante llevar impreso un valor en millones.

Cada emisión adicional de billetes fiat (y cada creación adicional de dinero fiat imaginario) le resta poder adquisitivo a las unidades que ya existen en circulación, en poder del público.

El ahorro en billetes fiat es un ahorro que se evapora con el transcurso del tiempo.

Peligros que corre el dinero fiat imaginario

A diferencia del fiat físico, el fiat imaginario en las cuentas de banco no se lo puede llevar un carterista.

Sin embargo, corre otros peligros más serios y reales.

Por una parte, su poder adquisitivo disminuye no sólo porque se emiten más billetes todos los días, sino porque el monto de este dinero fiat imaginario crece día con día, al aumentar los saldos de los cuenta-habientes en los bancos. En el período 1995-2005, el total de dinero fiat físico e imaginario en México, creció a razón de 21.6% en promedio, anualmente. (De $126,314,945,000 pesos en mayo de 1995, a $893,617,419,000 a mayo de 2005.) Este crecimiento le ha restado poder adquisitivo a cada unidad de dinero fiat, tanto al físico como al imaginario.

No sólo existe esta evaporación del poder adquisitivo tanto del dinero fiat físico como del  imaginario, sino que llega a suceder que por quiebra, los bancos pueden cerrar sus puertas y de golpe desaparecen por completo los saldos a favor de  depositantes. Esto sucedió en enero de 2002 en Argentina.

Lo mismo estuvo a punto de suceder en México en 1995, cuando el gobierno decidió salvar a los depositantes de perder sus saldos en cuentas en los bancos. La pérdida que hubieran sufrido los depositantes se pasó al Estado, que irá amortizando la pérdida con impuestos que pagan todos los mexicanos. En lugar de una gran pérdida repentina para los depositantes en los bancos, los mexicanos vamos a padecer pequeñas pérdidas por muchos años; por generaciones, parte de nuestros impuestos no servirá para que el Erario pague obras y servicios públicos, sino que los fondos se irán a pagar las pérdidas que los bancos transfirieron al Erario.

El gran peligro que representa el dinero fiat imaginario se manifiesta en una crisis del sistema bancario.

Cuando por cualquier razón el público pierde la confianza en los bancos, corre a ellos para retirar dinero imaginario de sus cuentas y convertirlo en dinero fiat físico. Sólo los primeros en llegar a los bancos, logran su propósito.

Ante el clamor de la turba presa del pánico que exige su dinero fiat físico, no queda más que o cerrar el sistema bancario, o que el Banco Central imprima cantidades enormes de fiat físico para su entrega al público. El Banco Central tomaría en ese caso, el lugar de los depositantes que quieren retirar dinero físico, y se volvería el acreedor principal del sistema bancario - una virtual nacionalización. Los dueños de los bancos perderían su inversión.

Lo que sucedió en México, fue que en lugar de aplicar la medida anterior, el Fisco tomó el lugar de los deudores insolventes de parte del sistema bancario con el famoso “FOBAPROA”, y como tal, pagó a algunos integrantes del sistema bancario suficientes fondos de fiat para que pudieran satisfacer las demandas de fiat físico de los depositantes. Se rescató con fondos públicos a los depositantes de esos bancos, y a los dueños de esos bancos. Esta operación fue un regalo a los dueños de esos bancos,  aparte de la salvación de los depositantes, dueños de saldos de fiat imaginarios.

Las crisis bancarias son inevitables

Se han escrito innumerables libros que demuestran la verdad de esta aseveración; sin embargo, ni uno de ellos forma parte del currículum de estudios de las universidades del mundo. Las universidades atraen a estudiantes que sueñan con ganar mucho dinero. Indudablemente, la banca y las finanzas recogen fuertes utilidades (mientras les llega la crisis) y ofrecen excelentes salarios a sus funcionarios. Miles de estudiantes de familias de clase media superior quieren un título universitario para poder emplearse en la banca o en las finanzas. Por comparación: en el año 2005 se inscribió un único estudiante en la carrera de Ingeniero de Minas en la Escuela de Minas de la Universidad de Guanajuato.

Claro está, que no sería atractivo para los estudiantes leer libros que analizan en forma realista las operaciones de banca y finanzas como hoy existen. Los estudiantes no quieren que les enseñen que la banca y las finanzas de hoy funcionan a base de ficciones que no pueden conducir más que al colapso y a la pobreza. Quieren creer en el mito de la banca como elemento clave de modernidad, prosperidad y progreso en un mundo globalizado.

Si alguna universidad enseñara la verdad sobre la banca tal y como hoy está constituida en todo el mundo, los banqueros no desearían emplear a sus graduados. ¿Qué compañía de refrescos puede emplear a ejecutivos que sostengan, como muchos investigadores, que un ingrediente de los refrescos “lite” es venenoso? (Ref. – ver aspartame en google.com)

Por lo tanto, no nos explayaremos en una explicación tediosa de por qué las crisis siempre e inevitablemente alcanzan a los bancos. Es fatigante atacar a un mito contemporáneo. Los únicos mitos que se pueden analizar racionalmente, son los mitos muertos del pasado; los del presente, son inexpugnables: los intereses creados son enormes.

No obstante el mito, la banca y las finanzas siempre van a la crisis, por una sencilla razón: porque prestan a largo plazo y deben los fondos que prestan, a corto plazo – estos fondos son el dinero imaginario de los depositantes. Por esta razón, todos los bancos comerciales del mundo son insolventes. Entre más crecen - entre más prestan y más fondos recogen del público - más insolventes se vuelven.  En el momento en que dejan de crecer y tienen que comenzar a devolver dinero fiat físico a los depositantes, tienen que comenzar a cobrar sus créditos y todo se les descompone. La crisis se les ha venido encima. La quiebra está en puerta. Los depositantes más inteligentes son los primeros en llegar a las ventanillas para sacar su dinero en fiat físico. Los que vienen después - ¡pobres de ellos!

Los historiadores del futuro – si es que llegamos a tener historiadores de esta época – se maravillarán de cómo llegó la humanidad entera a creer en las ilusiones creadas a base de dinero fiat imaginario. No necesitamos ir al cine o ver televisión para ver ilusiones: la vida entera, hoy en día, es una ilusión y como toda ilusión, va a naufragar sobre las crueles rocas de la realidad económica. Es sólo cuestión de tiempo.

Conclusión

La humanidad  – no solamente México – vive en un mundo en el que gran parte de la riqueza que cree poseer, es puramente imaginaria. Estamos viviendo no en un mundo real sino en un mundo de sueños, de riquezas imaginarias, en el que gastamos como si fuéramos en verdad mucho más ricos de lo que somos.

Ahora más que nunca tienen sentido las palabras de Calderón de la Barca expresadas en el Siglo XVII: “Y los sueños, sueños son.”