El señor Jeffrey Davidow, ex embajador de los E.U. en México, recientemente dictó una conferencia en la American Chamber of Comerce en la ciudad de México, en la cual advirtió que “a México le falta crecimiento económico y políticas que no inhiban su crecimiento”, según informa Ivette Saldaña en “El Financiero” del 29 de noviembre de este año.
El señor Davidow también nos dijo que persisten prácticas de la clase política mexicana que frenan el crecimiento, cosa que lamentaba.
“Sentenció además que si México no es capaz de mejorar su competitividad o la baja más, disminuirá el flujo de inversión no sólo nacional sino internacional, lo que se traducirá en menor crecimiento, escasos programas sociales y más pobreza” informó Ivette Saldaña.
“Por ello le recomendó al próximo presidente de la República mejorar las condiciones para atraer más inversión, hacer valer el Estado de Derecho y reducir la regulación y la tramitología” agregó la reportera.
También consideró Davidow como aspecto preocupante “la falta de reformas estructurales”. Agregó que “es necesario restaurar la posición competitiva de México en el orbe, porque hay naciones que toman ventaja como China, que capta grandes inversiones.”
El sermón de Davidow
Si el señor Davidow nos hubiera dirigido su sermón hace veinte años, pues lo hubiéramos recibido con la humildad y aceptación que caracterizan a los mexicanos, siempre dispuestos a escuchar críticas que vienen de personas del “mundo desarrollado”. Pero, los tiempos han cambiado.
El país invasor de Irak, al cual ha dejado en absoluta ruina, tras una invasión agresiva que fue justificada con mentiras como se está reconociendo en estos días; el país que tiene prisioneros a quienes tortura inhumanamente, con la anuencia de los más altos dirigentes de la política americana; el país que secuestra en territorio ajeno a personas a quienes juzga que son sus enemigos y los envía a otros países para que ahí sean torturados; el país que ha establecido que cualquier persona sospechosa dentro de su territorio, ciudadano o extranjero, puede ser detenido y mantenido incomunicado por tiempo indefinido, sin acusación ni juicio, en cualquier momento que a la policía le parezca conveniente; tal país carece de la calidad moral que se requiere para enviarnos a un representante que nos hable del “Estado de Derecho”.
¿El país menos competitivo del mundo, nos dará clases de competitividad?
¿Cómo se atreve el señor Davidow a hablarnos a los mexicanos de competitividad, cuando su país tiene un déficit de balanza de pagos por unos $800,000,000,000 este año? (Son: ocho cientos mil millones de dólares de déficit) ¿No sería conveniente que comenzara por arreglar su propia casa, antes de venir a darnos clases en competitividad? La causa del déficit monstruoso de la balanza de pagos, es precisamente la falta absoluta de competitividad de E.U. en los mercados mundiales.
Lo que tapa la abismal falta de competitividad de los propios E.U. y seguramente los ojos de Jeffrey Davidow, es que E.U. producen en cantidades industriales la divisa que es moneda de reserva del mundo, el dólar. Sus dólares no son pago, son vales; pero no importa, el mundo los recibe en pago, aunque el vale no sea cobrable. Compran lo que quieren, donde quieren, cuando quieren, en la cantidad que quieren y pagan: con vales, no con mercancías. Así se nos va Cantarell, que ya se comienza a agotar – por unos vales que nos dan a cambio del petróleo.
¿El país con el gobierno más dispendioso del mundo, nos dará clases en materia de conducción de política nacional?
La deuda federal – lo que debe el Gobierno Federal americano – asciende a más de $8,000,000,000,000 de dólares. ( Son: ocho millones de millones de dólares). El Gobernador de su Reserva Federal ha declarado al Secretario de Hacienda de Francia, señor Thierry, que “el déficit americano está fuera de control”. ¿No sería mejor, señor Davidow, dirigirse a sus conciudadanos para poner alto a esta situación catastrófica, que venir a darnos clases de cómo manejar nuestro país?
Esta gigantesca deuda, tiene un vencimiento promedio, de tres años. Es decir, cada año, se vencen $2,666,000,000,000 (Son: dos millones seiscientos sesenta y seis mil millones de dólares). Sacamos el lápiz y hacemos cálculos: cada semana se vencen $51,629,000,000 dólares de deuda. Es absolutamente necesario renovar estos vencimientos. Se tienen que colocar en el mercado nacional y mundial, cincuenta y un mil seiscientos veintinueve mil millones de dólares de deuda del Tesoro americano ¡cada semana!
La cifra va en irresistible aumento, porque subirán las tasas de interés y porque los déficit fiscales continuarán – hasta donde se alcanza a ver.
El señor Davidow debería manifestar a sus conciudadanos su hondísima preocupación por la necesidad absolutamente desesperada de “inversión internacional” de parte de su propio país, ya que más de la mitad de la deuda federal americana es propiedad de extranjeros; buena parte de ella se está colocando en bancos centrales del mundo, que cada día ven la compra de bonos más como la obligación de apoyar a un deudor moroso – el mayor de la historia – que como una oportunidad atractiva de inversión. Pero no, es a México a donde el señor Davidow viene a dar clases en materia de dirigencia nacional, con consejos no solicitados que ofrece a nuestro próximo Presidente.
¿“Reformas estructurales” para facilitar la digestión?
También nos aconseja el señor Davidow sobre “reformas estructurales”.
Las reformas estructurales se refieren a órganos económicos de importancia política en México. El señor Davidow es persona muy respetable, pero viene representando intereses que no son precisamente los de México. Podrán ser buenos sus consejos, pero también podrán estar orientados al beneficio de su país (o de su pulpo financiero) y no de nuestro país. ¡Qué magnanimidad tan increíble de su parte sería, si sus consejos fueran totalmente desinteresados y orientados exclusivamente a nuestro favor!
Para comerse a un insecto capturado, la araña inyecta un veneno disolvente a su presa. Sus órganos se licúan y se convierten en pulpa, misma que chupa la arañita poco a poco. ¿“Reformas estructurales”? No es lo mismo hoy, que hace veinte años, señor Davidow. El carácter depredador de su país, ya se manifestado con demasiada claridad para que aceptemos con tanta inocencia todo lo que Ud. nos recomienda.
Sería preferible que Davidow dirigiera sus inquietudes y recomendaciones a la posibilidad de una resolución de los inmensos problemas de su propio país – que de seguir como va, tarde que temprano se verá enfrascado en una revolución popular violenta en extremo.
La “falta de competitividad” es síntoma del mal mundial de “dolaritis”
Por lo que toca a la supuesta “falta de competitividad” de México, la afirmación sugiere falsamente un defecto mexicano y aceptarla nos coloca en posición de inferioridad como Nación.
No es de origen mexicano la problemática económica de nuestro país. Lo que está llevando al mundo a un catastrófico colapso es un sistema monetario absurdo, que le otorga a E.U. el derecho de imprimir dinero o crear dinero “magnético” en cantidades ilimitadas, para satisfacer los caprichos y el ocio de los americanos, así como las ganas de saqueo financiero de sus grandes corporaciones financieras.
Los E.U. se están destripando ellos mismos, al comprar en forma ilimitada con el dinero ilimitado que ellos mismos producen, los productos baratos de China y otros países de Oriente. Walmart, el principal distribuidor de estos productos en E.U., recibe a 100,000,000 millones de compradores en sus tiendas cada semana. Estos compradores se están quedando sin empleos, por las importaciones chinas, y sólo sobreviven gracias a que se endeudan más y más para comprar. Un proceso que terminará tristemente.
Nos dice Davidow que debemos ser más competitivos. En realidad, lo que necesitamos es un mundo estabilizado en sus relaciones comerciales a través de moneda mundial cuya cantidad es también estable y no en aumento torrencial, como está sucediendo con el dólar. En tal mundo, México es perfectamente capaz de salir adelante con mucho éxito.
El problema central del mundo es: E.U. y su ilimitada creación de dinero que exporta y que a su vez sirve de base en otros países, para la creación de más dinero local: inflación monetaria mundial creada por E.U.
Todas las recetas para la prosperidad, que omiten la consideración de este hecho, tendrán que resultar inservibles.