Ataque a Irán, quebranto mexicano

martes, 31 de enero de 2006

José Alberto Villasana Munguía

El gobierno de George Bush parece decidido a lanzar un nuevo ataque preventivo, esta vez contra Irán.

Al igual que hizo contra Afganistán e Irak, inventa pretextos para tener la justificación de bombardear, ocultando a la opinión pública que gran parte del financiamiento y tecnología nuclear la proporcionaron ellos mismos. Nos encontramos de nuevo ante el esquema hegeliano de crear un enemigo para después tener la excusa de acometer. Con esto se desestabilizará todo el Medio Oriente.

Como resultado de esta nueva hostilidad, se calcula que el precio del petróleo pueda llegar hasta los $200 dólares el barril, sobre todo si arrasan depósitos, refinerías y ductos. También se conjetura que si un carguero hundido llegara a bloquear el angosto Estrecho de Hormuz, el precio podría llegar hasta los $300 dólares el barril.

El gobierno de México estaría complacido ante semejantes precios, ya que el petróleo es su principal fuente de ingresos. El problema será para la población, vendrá el alza abrupta en los precios de la gasolina, el diesel y el gas (e indirectamente de todos los productos) de forma que los mexicanos estaremos pagando los platos rotos de una guerra creada por los Estados Unidos. Nosotros no causamos la guerra, y sin embargo la padeceremos terriblemente.

Otra de las consecuencias será la inflación galopante, por la subida general de precios causada por los caudales de dólares que entrarán al país para comprar nuestro petróleo, montañas ingentes de papeles que no valen nada, y que traen como consecuencia la perniciosa expansión inflacionaria.

Esto nos lleva a la disyuntiva planteada por Roland Watson en su artículo del 29 de junio de 2005, publicado por NewEraInvestor: “El gobierno mexicano enfrenta una decisión en su peso respaldado con petróleo. Esta vez no existen posibilidades de recuperación: el suministro de petróleo estará en declive permanente. ¿Se darán cuenta de esto y cambiarán de una moneda respaldada por petróleo, a una moneda respaldada por plata?

En los 80’s, justo después que se desató la primera crisis del peso provocada por el petróleo, el gobierno mexicano introdujo la onza de plata “Libertad” a la circulación. Quizá lo hizo para restituir algo de dignidad ante la devaluación del peso de papel, pero ciertamente fue una medida que fomentó toda la gran cantidad de programas de acuñación de monedas de plata alrededor del mundo.

Sin embargo, el valor de curso legal de la onza “Libertad” es limitado; ¿qué se requiere para que adquiera valor de curso legal completo? La crisis petrolera de 1982 quizás influyó sobre la primera emisión de la onza “Libertad”; ¿se convencerá el Estado Mexicano de colocar parte de su circulante sobre una base más segura?”

Watson se refería al declive productivo de Cantarell, principal fuente de suministro del crudo mexicano, pero el efecto se verá amplificado por el ataque a Irán. A la escasez nacional que barrunta, se le sumará la constricción de la provisión iraní y el pánico financiero.

El alza en el precio del petróleo ciertamente incrementará  los ingresos del Fisco ayudándole a financiar el gasto público, pero perjudicará a la población porque nuestro petróleo no será pagado con mercancías, sino con papeles de dólar que causan inflación. En cambio, la plata monetizada sí beneficia directamente a la población, a cualquiera que haya comprado onzas. Esto no causa inflación, sino plusvalía para el ahorrador.

La guerra también traerá un alza en el precio de la plata, pues en momentos de crisis los inversionistas huyen del papel moneda y se refugian en el metal. Pero esa encarecimiento representa una capitalización popular, repartida entre toda la población que tuvo la paciencia de ahorrar en onzas de plata.

A la pregunta de Watson “¿qué se requiere para que adquiera valor de curso legal completo?” la respuesta es, sin duda, la monetización de la plata tal y como la propuso un grupo de legisladores el 5 de abril de 2005.

Cuando se apruebe esa Iniciativa, y esperamos que sea en este último período de sesiones, se habrá creado un instrumento de ahorro indevaluable que sí beneficia directamente a los mexicanos. Con la moneda de plata tendremos un paliativo, un refugio para equilibrar un poco la desestabilización y el daño económico provocado por la ambición sionista del gobierno Bush.

Bien concluye Watson: “¿Cumplirán los legisladores con aquello para lo cual han sido elegidos? O sea, para mirar hacia adelante y conducir su nación hacia el futuro; y no sólo a su nación, sino también a un gran número de naciones que buscan certidumbre en estos tiempos de incertidumbre. Sólo el tiempo lo dirá; pero es preciso señalar que ese tiempo se agota rápidamente”.