Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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Acerca de la moneda, sus 'respaldos' y las reservas monetarias
viernes, 7 de julio de 2006
Hugo Salinas Price

Es una idea muy difundida que la moneda debe tener “respaldo” y que los recursos naturales – por ejemplo el petróleo - le pueden dar “respaldo”.

La moneda real – sea de oro o de plata – nunca requirió de “respaldo”. Su valor lo llevaba en sí, en el oro o la plata que contenía. Si el el Banco de México algún día “cotiza” la onza de plata “Libertad” para convertirla en dinero en México, que es el gran objetivo que propone la Asociación Cívica Mexicana Pro Plata, A.C., el Banco Central le estaría concediendo un valor monetario expresado en dinero “fiat” (ficticio – pesos de papel); parte de ese valor cotizado sería el valor de la plata contenida en la moneda y una parte (menor) de su valor correspondería al “señoreaje” o utilidad que el público le concedería al Banco Central a cambio del favor de proporcionarle una moneda de plata convertida en dinero, que circularía al lado del dinero “fiat”.

Por lo que toca a los pesos que emite nuestro Banco Central, al igual que en el caso de todas las monedas del mundo que emiten los demás bancos centrales, el mercado – que son todos los mexicanos así como todos los extranjeros que tienen algún interés en el peso mexicano – no toma en cuenta el “respaldo” que pueda argumentarse que tiene, en los abundantes recursos naturales el país.

Si el tenedor de pesos – ya sea un particular o una compañía – ve que la cantidad de pesos que tiene, le parece más de lo que desea tener, entonces se va a deshacer de esos pesos comprando cosas o servicios. Cuando el Banco Central y el sistema bancario juntos, producen más pesos de los que quiere tener almacenados o en ahorro temporal la población, estos pesos entran al mercado a comprar cosas. No habiendo más cosas disponibles qué comprar, la abundancia de pesos ofrecidos para comprar mercancías o servicios hace subir el precio de las mercancías o servicios. Este es el fenómeno de “inflación de precios” que mistifican muchos economistas, para desviar la atención del público de la excesiva creación de pesos.

A los tenedores de pesos, en ningún momento les es posible considerar los recursos naturales como “respaldo” para los pesos que tienen disponibles para gastar o invertir. Nadie tiene el menor interés por saber en qué pueden consistir dichos recursos naturales. En cambio, cada persona sabe muy bien, si le sobran pesos qué gastar, o no. Además, está más o menos consciente del comportamiento de los precios de las cosas que requiere para su vida diaria. Cuando el alza de precios se vuelve aguda, todos los tenedores de pesos deciden deshacerse de sus tenencias de efectivo lo antes posible para conseguir algo tangible antes de que valga todavía menos su dinero. Esta es la fase de hiperinflación.

Así, el “respaldo” a la moneda es un concepto falaz pero atractivo, tan falto de sustancia como una bola de algodón de azúcar. El “respaldo” no produce efecto alguno sobre el comportamiento de cada individuo. Al individuo le es indiferente si existe o no “respaldo” para su dinero. Durante la revolución francesa a fines del siglo XVIII, el gobierno francés decidió crear dinero para pagar sus gastos y le pareció razonable el argumento de que ese dinero, los “Assignats”, serían un dinero fuerte por estar “respaldados” por grandes y valiosas propiedades recién expropiadas a la Iglesia. El “respaldo” no resultó ser un concepto efectivo. Se imprimieron cantidades enormes de Assignats hasta que su valor llegó a cero.

Algunos teóricos han sostenido que es posible la existencia permanente y sin devaluación de la moneda “fiat” que emiten hoy en día todos los bancos centrales del mundo con sus respectivos sistemas bancarios, si se limitara el banco central a no permitir el incremento en el monto de “fiat” en circulación. Pudiera ser cierto esto en teoría, pero en la práctica es tan imposible como “amarrar al perro con longaniza” (cordón de salchichas) ya que no ha habido en la historia un solo banco central que, teniendo la posibilidad de aumentar el circulante, se haya abstenido de emitir más circulante.

El término “respaldo” sólo tuvo significado práctico cuando la moneda emitida por el Banco Central era redimible,  es decir, cuando el tenedor tenía la opción verdadera de ir a su banco y exigir que se le pagara tanto más cuánto oro o plata a cambio del billete emitido, que era en aquel entonces un título de crédito – un “pagaré”. Es ese caso (que ya no existe en el mundo) el respaldo sí era importante, pues el tenedor del billete – del título de crédito – podía juzgar, ya sea que el respaldo de reservas de oro o plata en el Banco Central  era adecuado y suficiente para redimir los billetes que se le presentaran para su redención, o bien que el respaldo era insuficiente e inadecuado. En cuyo caso, los tenedores de billetes comenzaban a retirar oro o plata de sistema bancario, a cambio de los billetes. Una vez iniciada esta fatal tendencia, se declaraba la “corrida” a los  bancos y el público presa del pánico acudía a las ventanillas a exigir oro o plata, hasta vaciar las arcas del Banco Central. Esto fue lo que sucedió en 1931 y fue preludio a la Gran Depresión económica de los años 30.

El respaldo de antaño era algo muy concreto: ¿Cuánto oro o plata tenía el emisor del billete y el sistema bancario creador de dinero, para efecto de redimir el dinero ( M-1) que había puesto a circular? Al tenedor de sumas de este dinero no le importaba para nada que hubiese mucho petróleo, oro, plata, maderas, minerales, propiedades expropiadas a la Iglesia o – una variante moderna – que iba en aumento el PIB, el Producto Interno Bruto. Quería saber con cuánto oro o plata contaba el Banco Central para redimir su dinero y nada más que eso.

Hoy, el “respaldo” de todas y cada una de las monedas del mundo son los dólares que tiene el Banco Central emisor. En efecto, el peso mexicano vale porque tiene reservas de dólares el Banco de México. “Libre cambio” quiere decir que si tenemos más pesos de los que necesitamos, podemos “redimirlos” por dólares – pero no por oro. Estamos tranquilos porque vemos que el Banco de México tiene muchos dólares, así que podremos cambiar nuestros pesos por dólares si así lo deseamos.

Tenemos la libertad de irnos de un dinero de papel a otro de papel. En el mundo de hoy, no existe un solo dinero que sea redimible en oro o plata. Puede Ud. escoger su bola de algodón de azúcar en color rosa, verde, amarillo, azul, etc. El sistema monetario internacional, no nos dá más opción que escoger entre un papelito y otro.

Ser el único proveedor de “reservas” que le otorgan valor a las demás monedas del mundo, es la posición envidiable de los Estados Unidos. México está vendiendo el petróleo de Cantarell a cambio de dólares que son unidades de nada; meros signos numéricos cuya entrega por E.U. no representa un pago. Por otra parte, al entrar ríos de dólares al Banco de México, éste emite pesos para pagarlos a sus tenedores. Así que se está inflando nuestro circulante con “inflación importada” que halla su desfogue en importaciones para darles salida a los dólares. Estas importaciones afectan a los productores de bienes dentro de la República. Aún así, los precios tienen que subir inexorablemente por la presión de más y más pesos en circulación, porque hay más y más dólares en las reservas de Banco de México.

La única salida de esta trampa destructiva es la moneda de valor propio, que no requiere del “respaldo” de ninguna otra cosa para tener valor: la moneda de plata es ¡soberanía! y no otra cosa.

En la actualidad, algunos bancos centrales poseen cantidades (relativamente pequeñas) de oro como reservas. Pero, poco le importa al público la cantidad de dichas reservas, porque nadie tiene la posibilidad de exigir oro o plata a cambio de su billete. Por esta razón, quizás, muchos bancos centrales han optado por vender sus reservas de oro en años recientes. ¿Para que quieren reservas de oro, si no tendrán que entregar metal a los tenedores de sus billetes en ningún momento?

Es probable que los Estados Unidos ya no tengan reservas de oro. Desde tiempos del Presidente Eisenhower, no se audita en forma seria la existencia de oro que supuestamente posee el Tesoro. Todos los gobiernos de E.U., desde Eisenhower en los años 50, se han rehusado a que se haga auditoria. ¿Será que no hay, o será que tienen mucho menos de lo que dicen tener?

La “némesis” del dinero “fiat” es la política de emisión, que va de la mano de la política de crédito. Todas las monedas “fiat” – que son las únicas que existen en el mundo – tienden a alcanzar “cero” como valor límite. Todas están bajando de valor. No se nota tanto como en otras épocas, cuando sólo algunas monedas bajaban, porque ahora bajan más o menos juntas, al mismo paso. Si en un país “X” se crea más dinero a un paso más acelerado que el que se mantiene en otros países, pues entonces el dinero del país “X” tendrá que someterse a un “control de cambios” – no redimibilidad respecto al dólar - so pena de caer en su valor respecto a otras monedas, sin que para ello obsten las muy considerables cantidades de recursos naturales que posea el país “X”.

Los especuladores financieros que juegan con el valor de las monedas, unas contra otras, tampoco miran hacia los recursos naturales latentes en un país al formar un juicio respecto a si su valor va a subir o bajar. Miran otras variables como: monto de reservas (de dólares) del Banco Central; comportamiento reciente de esa variable; orden o desorden político que pueda causar una fuerte emisión de circulante adicional para apaciguar el descontento popular; caída de algún mercado exterior importante. Al final de cuentas, lo que interesa es, ¿a qué paso se está creando más dinero en circulación?

Cabe señalar que los especuladores financieros están muy atentos a las señales que dan otros especuladores respecto a su opinión sobre cada una de las monedas del mundo. Cómo jugadores de pókar, están apostando uno contra otro, tratando de adivinar y anticiparse a lo que harán los demás. El mundo monetario se ha vuelto un gran casino de apuestas respecto al valor relativo de las monedas de mundo, donde todas no son más que ficciones sin sustancia alguna.

Una variante en el tema de “respaldo” resulta ser otra bola de algodón de azúcar: la “producción nacional” o sea lo que los economistas “macro” llaman el PIB, el Producto Interno Bruto. La realidad es que la verdulera en el mercado de “La Merced” no sabe que existe un concepto de “Producto Interno Bruto”. Sólo sabe que tiene poco tomate y que desde hace días, se le acaba el tomate temprano. Decide subir el precio, porque hay más pesos que tomates. Inútil sería intentar explicarle a ella, lo del “Producto Interno Bruto”. La acción de la verdulera tipifica la acción que determina el valor de las monedas del mundo.

Se da el caso que grandes naciones, poderosas productoras de bienes con gordo PIB, también destruyen sus monedas con políticas de emisión irrestricta de dinero. Esto, lo estamos viendo. Por otra parte, un país pequeño e insignificante, que tuviera billetes redimibles en oro o en plata, tendría una moneda de fuerza incomparable. Sin embargo, el currículum académico en todo el mundo insiste sin razón en que el valor de una moneda depende de la planta productiva de la nación que emite esa moneda – una variante de la idea del “respaldo” a la moneda “fiat” por recursos naturales.

La moneda de plata, convertida en dinero, es muy importante por la sencilla razón de que no es ilimitada la cantidad que puede acuñar y poner a circular el Banco Central, porque la plata es escasa y por lo tanto valiosa; no tan escasa como el oro, pero sí lo suficientemente escasa como para que su valor no pueda jamás descender a cero, como ha sucedido tantas veces con otras monedas y como puede llegar a suceder hasta con el dólar. La plata se basta sola. No necesita de “respaldos” ni “reservas” ni de apoyo de ninguna clase.

La plata es soberana y concede soberanía al país que la utiliza como moneda.