El ciclo económico y sus causas
El primer "Banco Nacional" se estableció en 1694. Fue el Banco de Inglaterra. El verdadero motivo de su fundación, fue facilitar al nuevo rey de Inglaterra, Guillermo de Orange, fondos con los cuales hacer la guerra a Francia, donde se había refugiado el Rey Jacobo II, a quien derrocó Guillermo.
Con el nacimiento del Banco de Inglaterra, nace el concepto de "Deuda Nacional". Anteriormente, tales deudas corrían por cuenta del soberano. En adelante, el gasto gubernamental - entre ellos la guerra - correría por cuenta de los contribuyentes, pues la deuda del Banco de Inglaterra estaba garantizada con el pago de impuestos. El poder de los reyes, pasó a los banqueros centrales. La Revolución Francesa acabó por deshacerse de los servicios regios en definitiva.
Desde el momento en que el poder necesitaba de la popularidad - de la cual podían prescindir los reyes, gobernantes por derecho - el poder necesitó de los banqueros para poder hacer cosas que le ganaran popularidad. Los gobernantes, los banqueros y sus economistas, se pusieron de acuerdo para inventar formas de hacer obras, efectuar préstamos, estimular la economía, crecer, etc., más allá de los recursos realmente disponibles para financiar todo aquello.
Todas sus argucias, urdidas por cerebros brillantes, terminaron en fracasos, algunos estrepitosos. Durante la Revolución Francesa, se inventó una forma de financiamiento y emisión de dinero que parecía a prueba de bala: se monetizó el valor de las propiedades de la Iglesia, recién expropiadas. Seguramente, se decía, con el respaldo de esas propiedades, el dinero tendrá que tener un valor indiscutible. No resultó así, porque el dinero no vale por su respaldo, sino por su valor propio, intrínseco, y esto sólo lo tienen el oro y la plata. Pero aprender esto, costó vidas y haciendas a muchos.
Más recientemente, en 1929 viene el crack en EE.UU. y durante los años 30, la Depresión famosa - a la cual la nuestra, actual, no le pide nada. ¿Cuál fue la causa? Ni los economistas, ni los banqueros, ni los gobernantes, tienen mucho interés en esclarecer las causas, en realidad sencillas.
Motivados por su sed de utilidades más allá de lo posible en la realidad, los banqueros, alentados por sus gobiernos, expandieron sus préstamos a largo plazo, utilizando fondos a corto plazo. Los préstamos a largo plazo, no produjeron ingresos con suficiente velocidad para cubrir sus compromisos a corto plazo, y en EE.UU., miles de bancos quebraron. El oro - porque en aquel entonces los billetes eran redimibles por oro - proveniente de los préstamos a largo plazo, no entraba en las arcas con suficiente velocidad para cubrir los pasivos a los depositantes a corto plazo. El resultado de esta situación, alentada por el gobierno de EE.UU., fue un crack generalizado. Algo muy parecido, nos ha ocurrido a los mexicanos.
La consecuencia del auge anterior a 1929, basado en recursos no existentes, fue una corrección de la actuación incorrecta de los banqueros. Era la corrección necesaria que impone la Realidad a los abusos del sistema financiero, por la banca y su gobierno de común acuerdo.
El famoso ciclo económico no es ningún misterio. Es la corrección natural de excesos.
En 1933 entra en el escenario el Presidente Roosevelt. Tanto este hombre, como muchos a su alrededor, estaban imbuídos de la mentalidad intervencionista, estatista, por no decir bolchevique, de que el Estado puede y debe hacer lo que los ciudadanos son demasiados tontos y perezosos para hacer. A Roosevelt no le gustaban las correcciones, los frenos a la actividad estatal. El Estado podía hacerlo todo; no se tolerarían correcciones. El Estado no podía equivocarse.
Así, el Presidente Roosevelt decretó en 1933 la expropiación de todo el oro en manos particulares. Sólo el gobierno tendría oro. El dinero sería, de ahí en adelante, billetes irredimibles de la Reserva Federal - igual que en México actual. Las deudas ya no se liquidarían con pago en metálico. La liquidez provendría de la Reserva Federal, en forma de billetes, que eran, y son, pagarés irredimibles. Ya no habría crisis, ya no habría quiebras, los problemas de liquidez quedaban superados y por delante, un panorama de auge interminable. Esto era lo que se prometía. Lo que se consiguió, fue la explosión de deuda.
Se calcula que la deuda total existente dentro de los EE.UU., asciende a $17 millones de millones de dólares. Suma inconcebible, de la cual $5 millones de millones debe el gobierno federal de la Unión Americana. Esta deuda crece, y crece, y crece, con o sin auge.
Si en un momento dado los norteamericanos dejan de gastar, se viene abajo todo el edificio de deuda, en forma imparable.
A los norteamericanos les espera un espantosa crisis, inevitablemente. No es posible predecir cuándo sucederá, pero seguro es que vendrá. Lo que padecerá el pueblo norteamericano en esa crisis, superará con mucho lo que nos ocurre. No tendrán la capacidad de soportar las penalidades, con el mismo aguante que los mexicanos. Arderán los EE.UU., y será necesario un régimen militar para mantener el orden.
En la actualidad, la deuda pública de los Estados Unidos asciende a cinco millones de millones de dólares, y de esa deuda, $529 mil millones de dólares - más del diez por ciento - está en manos de bancos centrales extranjeros que están financiando el déficit fiscal del gobierno de los Estados Unidos. Entre ellos, México con $16 mil millones. El anuncio del derrumbe de la economía de Estados Unidos, será el momento en que quienes compran su deuda pública, insistan en que se denomine la operación en yen, en marcos, en francos, en libras, pero no en dólares. Cuando esto suceda, comenzará el derrumbe - lento o acelerado - pero inevitable. Estarán en las mismas que México en la actualidad.
Nuestros gobernantes han puesto nuestro destino en manos de los Estados Unidos. A ellos les rogamos que nos salven. Las ventas de petróleo están intervenidas - pasan primero por la Reserva Federal los pagos, y si nos portamos bien, nos entregan el importe de las ventas. ¿Cuánto tiempo más vamos a intentar apuntalar el peso, con dólares que a su vez van por el camino de otra moneda chatarra del mundo?
La Reserva Federal de Estados Unidos es el más reciente ejemplo de un esquema que pretende borrar la Realidad económica. Ha durado mucho, y algunos piensan que durará para siempre, Pero no podrá ser. Llegará el momento en que se inicie la contracción, y será catastrófica. En un intento infructuoso por corregir y mejorar la situación económica de México, nos han recetado una medicina que nos está matando, una que ellos mismos no aguantarían ni un instante.
El renacimiento de México a la prosperidad sólo es viable por un retorno a una moneda verdadera, de valor intrínseco, que ancla sus finanzas en la realidad. Y esa moneda, puede ser nuestra: la plata de nuestras minas.