Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
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El peso de papel: callejón sin salida
jueves, 2 de abril de 1998
Hugo Salinas Price

El peso de papel: callejón sin salida

Hace algunos meses, salió publicado en primera plana del principal periódico financiero de los Estados Unidos, un artículo que aseguraba que dentro de cinco años, habría desaparecido el peso mexicano y que en México circularía como moneda legal, el dólar americano.

Con las recientes disposiciones gubernamentales que ahora permiten que extranjeros posean más del 49% de las acciones de bancos mexicanos, se da otro paso hacia la instalación del dólar como moneda de curso legal en México, y la eventual reducción de México a la categoría de Estado Asociado a los E.U., ó en otras palabras, colonia de E.U.

Este triste destino está implícito en nuestro actual sistema monetario, cuyas características comparten todos los países del mundo, excepto Estados Unidos, y a partir del 1 de enero de 1999, Europa. Ninguna de las monedas del mundo posee valor intrínseco – ni siquiera la americana. Pero la de los Estados Unidos tiene el privilegio de ser "moneda de reserva", privilegio que se autoconcedieron los Estados Unidos, con el apoyo de Gran Bretaña, como triunfadores en la Segunda Guerra Mundial.

Lo que significa esto, es que ninguna moneda de las ciento y tantas que existen en el mundo, tiene valor propio, sino que su valor se deriva de la existencia en la Tesorería de sus respectivos Banco Centrales, de reservas de dólares. La estimación de la suficiencia o insuficiencia de reservas de dólares, de su crecimiento satisfactorio o de su decrecimiento insatisfactorio, queda a criterio subjetivo de la imaginación de los especuladores mundiales, quienes están atentos las veinticuatro horas de cada día, a toda señal que ellos juzguen será juzgada por los demás especuladores, como señal de debilidad o de fuerza. Las apuestas de los especuladores – no son más que apuestas formalmente idénticas a las apuestas de un juego de pókar – determinan la estabilidad momentánea o el desplome abrupto de las economías de todos los países del mundo.

En pocas palabras: sin reservas de dólares se colapsa nuestro sistema monetario y financiero.

¿Cómo se consiguen reservas? Hay varios caminos:

1. Por medio de un excedente de exportaciones sobre importaciones.

2. Por medio de préstamos del extranjero,

b) De particulares, a corto plazo, primordialmente, y

c) De préstamos contraídos por nuestro gobierno.

3. Por inversiones extranjeras en México, que vienen

  1. A comprar bienes (incluídas las acciones en compañías) propiedad de mexicanos, ó a comprar en privatizaciones, ó
  2. A crear nuevos negocios y traer bienes tangibles a instalarlos en el país, ó
  3. A hacer ambas cosas.

4. Por medio del turismo. Los extranjeros visitantes traen divisas de sus países de origen, que gastan en

México.

5. Por remisiones de dólares que envían los mexicanos que trabajan fuera del país.

De la consideración de los cinco caminos que señalamos, queda claro que México no tiene otra alternativa, bajo nuestro actual sistema monetario, más que hacer lo siguiente:

1. Elevar a rango prioritario, la exportación. La política económica queda obligada a privilegiar a los exportadores de México, en detrimento de todo el resto de la población. Esto se consigue, devaluando el peso mexicano, para bajar el costo de salarios, es decir, bajar el poder adquisitivo de todos los mexicanos. Las consecuencias para el ahorro nacional, en pesos, son funestas, y para intentar compensar, se elevan los intereses, lo cual destruye el sistema productivo. Nuestro futuro, bajo el actual sistema monetario, es necesariamente de devaluación por sistema. Debe comprenderse claramente, que el propósito legítimo de las exportaciones, es pagar con las exportaciones, el valor de las importaciones. Por ningún motivo debe ser su propósito, la obtención de reserva de dólares, sin la cual se desmorona nuestra moneda y sistema financiero.

2. Impulsar el turismo. Para atraer al turista, hay que abaratar el costo para el turista, y para lograr esto, hay que devaluar la moneda, pues multitud de otros países también desean atraer al turista, principalmente el norteamericano, y están devaluando sus monedas para atraer a los mismos turistas.

3. Recurrir a la venta del país, para conseguir dólares. Esta es la "participación del capital extranjero". En sí, la entrada de capital extranjero no es mala. Pero es muy inconveniente poner a la venta partes importantes de nuestra economía, cuando se hace bajo la presión tremenda de la necesidad de obtener divisas para apoyar el peso. Es una venta obligada por fuerza mayor. En principio, la enajenación de bienes, privados o públicos, bajo tales circunstancias, se hace desde una posición de debilidad. Sin duda dará pié a posteriores reacciones políticas adversas. Desgraciadamente, el neoliberalismo canta himnos a favor de tal entrada libre de capital extranjero. El coro lo dirige Estados Unidos.

Un objetivo estratégico de los americanos, aquí, y ahora en el sureste de Asia, en Korea, y en Japón, es la libre entrada de capital americano, abastecido con cantidades ilimitadas de los dólares que ellos fabrican con teclear computadoras, a todas las áreas financieras y bancarias. Alegan nuestra corrupción, nuestra falta de transparencia, nuestra falta de "know-how". "Háganse a un lado; nosotros les enseñaremos cómo se hacen las cosas." Ni una palabra aparece en su prensa, que mencione que nuestra crisis es consecuencia directa del sistema monetario que prevalece, y que la corrupción comienza por el fraude de la moneda de papel. ¿Por qué habrían de hablar de ello? A ellos les beneficia el actual sistema monetario internacional; incrementa su poderío. El poder es para ejercerse. No serán los americanos los que nos muestren el camino que nos conviene.

4. Recurrir a préstamos extranjeros a corto plazo, el llamado "hot money", lo cual agrava la inestabilidad, ya que estos capitales se pueden retirar en cualquier momento, dejándonos en la zozobra.

5. Recurrir al endeudamiento vía gobierno, lo cual nos ha dejado ya, atados de pies y manos ante el extranjero.

6. Alentar la emigración a los Estados Unidos, una política profundamente antinacional, para que los emigrados nos envíen dólares.

Mucho se ha criticado al neoliberalismo, pero nunca se ha apuntado precisamente donde radica lo malo del mismo. Aquí lo vamos a señalar: el defecto del neoliberalismo radica en el sistema monetario. Es el sistema monetario lo que nos está matando. No importa qué partido político llegue al poder, mientras siga el sistema monetario basado en reservas de dólares, la política económica, necesariamente, será idéntica.

El liberalismo económico, así, a secas, tiene muchísimo de bueno, porque es básicamente, el reconocimiento de las realidades de cómo funcionan los seres humanos. Nuestro héroe nacional, Benito Juárez, fue liberal, y su famosa sentencia: Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz fue una expresión de liberalismo económico.

A condenar al neoliberalismo, debemos señalar claramente donde radica su defecto. De otra suerte, corremos el riesgo de lanzar por la ventana, el agua de la bañera con todo y niño. Lo que anda mal, lo que nos destruye, es el sistema monetario basado en reservas obligadas de dólares.

No podremos, en absoluto, tener otra política económica en México, si no reformamos el sistema monetario, y sólamente hay un camino para hacer eso. Sustituir al peso de papel, gradualmente, con una moneda de plata que no requerirá de reservas de dólares para mantener su valor.

Necesitamos una moneda de valor intrínseco, propio; valor que no dependerá de otra cosa ni de otra institución. En otras palabras, necesitamos moneda de plata, ó si se reformara el sistema monetario mundial, de oro. Mientras no ocurra tal reforma – y no sabemos para cuándo ocurrirá – es indispensable que nosotros los mexicanos adoptemos una moneda de plata, el metal que tradicionalmente utilizamos durante siglos, que es abundante en México, y que tiene un valor reconocido mundialmente.

¿Qué beneficios nos traería?

La primera y grandísima ventaja que nos daría, sería la de inmunizar nuestro sistema monetario y financiero, de los vaivenes del comercio exterior. Exportar es bueno, no se nos malentienda. Pero no es bueno, cuando es obligatorio y se hace sobre las espaldas de la inmensa mayoría de los mexicanos. Con moneda de plata, si se exporta, bien. Y si no se exporta, eso es problema de los exportadores, y no de todo México. La moneda de valor intrínseco, y el sistema financiero basado sobre tal moneda, no resiente en lo más mínimo, los problemas de exportación.

La segunda ventaja que nos daría, sería reestablecer el "centro de gravedad" de la nación, dentro de nuestro territorio. La exportación pasa a ser actividad supletoria, cual debe ser. El capital no necesita fluir preferentemente a actividades exportadoras. Este reordenamiento de prioridades, disminuye el poder de chantaje de nuestros vecinos; poder que nos pone a temblar cada vez que decimos que no, a alguna pretensión; poder que ejercen mediante sutil presión a la jugular de la exportación a Estados Unidos.

La tercera ventaja que nos daría, sería de estimular el ahorro en forma fenomenal, ya que la plata no es devaluable a antojo del gobierno. El ahorro nacional nos ayudaría a no tener que "vender la Patria". Se minimizaría la necesidad de capital extranjero, y no podría llegar a comprar en un país en barata.

La cuarta ventaja que nos daría, sería de posibilitar un sistema financiero estable, que operaría prestando a tasas de interés muy bajas, tasas reales, con depósitos a largo plazo. Construiríamos el sistema bancario más sólido del mundo.

La quinta ventaja, aunque por ningún concepto la última, ni la menos importante, sería la de restablecer el orgullo de los mexicanos en su México. Estamos muy desorientados, desconcertados, inciertos respecto a nuestra valía. Nuestra autoestima anda por los suelos: veintidos años de devaluaciones y crisis, una tras otra, nos han dejado con una sensación de ineptitud nacional. La magia de la moneda de plata, cambiaría todo esto, de la noche a la mañana.

El programa:

1. Las autoridades proclaman que la moneda de plata pura, serie Libertad, de una onza y fracciones de onza, es moneda de curso legal. ¡Cuatro palabras que cambian nuestra historia!

2. La Casa de Moneda recibe órdenes de acuñar toda la plata que se le presente, al costo.

3. Reglamentación a la Banca, en el sentido que no ha de efectuar préstamos en plata, a plazos más largos, que los plazos a los cuales ha recibido depósitos de plata.

4. La introducción y utilización de la plata por cien millones de mexicanos, será en la forma y al paso que ellos juzguen conveniente. El peso de papel seguirá, en paralelo con la plata, hasta su eventual deceso.

Conclusión

En estos días, se debate cuál ha de ser la política económica que ha de seguir México. Toda clase de organizaciones dan sus opiniones a través de sus voceros. Personajes declaran a favor de tal o cual política. En realidad, la política que hemos de seguir ya está establecida y seguirá siendo la misma, mientras siga el sistema monetario de papel: la entrega de México a los Estados Unidos.

El peso de papel que usamos, está moribundo, así como el sistema financiero construido sobre él. Al morir, quedará sustituído por un nuevo peso, emitido por una "Caja de Conversión" que producirá dólares disfrazados de pesos, para nuestro uso. Pasamos a ocupar un status como el de Puerto Rico.

Si no deseamos este futuro, ni el PRI, ni el PRD, ni el PAN, ni el PT, ni algún otro partido nos puede salvar de él, en la actual inconsciencia de lo que nos está haciendo el sistema monetario de papel. La americanización de México es inevitable, salvo que adoptemos moneda de plata pura , sin expresión de valor nominal, como moneda de curso legal. No hay alternativa a la reforma monetaria. Es imprescindible y urgente implementarla.