Los mexicanos ¿quieren el dólar o un peso fuerte?
En diversas encuestas realizadas por periódicos y estaciones de radio, los mexicanos han mostrado su preferencia por el dólar. Hace 25 años, si se hubieran hecho esas encuestas, gran parte de los mexicanos habría considerado una ofensa nacional en poner al dólar como moneda; ahora, la mayoría lo prefiere.
Millones de mexicanos conservan parte de sus ahorros en dólares. En la frontera hay 12 millones de mexicanos, muchos de ellos con capacidad para ahorrar, tienen cuentas en bancos norteamericanos y los más humildes mantienen dólares en efectivo. ¿Porqué los mexicanos prefieren los dólares?, ¿antipatriotas?, ¿desnacionalizados? No, simplemente sentido común, con base en la experiencia del último cuarto de siglo. Si en los últimos 25 años han visto cómo sus ahorros en pesos se vuelven trizas, es lógico que busquen otra moneda para guardarlos.
Desde el gobierno del licenciado Luis Echeverría a la fecha el peso se ha devaluado en relación con el dólar en 84,000 por ciento. En México la gente humilde, que es la mayoría, no ha ni medio compensado esas devaluaciones por medio de tasas de interés, pues no tiene sus escasos ahorros en los bancos. Ese fenómeno y la inflación, que en gran parte suscita la devaluación, han provocado la pulverización de los ahorros. Esas reservas representaban para millones de mexicanos el fruto de toda una vida de trabajo, gran parte de las cuales tomó el gobierno vía inflación y pulverizó el resto con las devaluaciones. Cuando la mayoría de los mexicanos dicen preferir el dólar, en realidad expresan su rechazo a los PRI-populistas, ahora PRD y los PRI-tecnócratas, que han manipulado las finanzas públicas en el último cuarto de siglo y destruido el peso.
El dólar no es la mejor moneda, de hecho es una mala moneda. Adoptarla solo mejoraría transitoriamente la situación de México; sin embrago, es mejor que el peso actual. La solución de fondo es crear un peso fuerte, respaldado con plata. Así lograríamos en unos años que los americanos adoptaran como suya nuestra moneda.
Es importante que las autoridades hacendarias y monetarias piensen en modificaciones de fondo al sistema monetario, que contemplen una nueva moneda para México o una común con nuestros socios del norte, basada en un metal del cual ambos países producen más de 50 por ciento de la producción mundial, la plata.
Europa el año entrante inicia el uso de una moneda común, lo que no significa una pérdida de soberanía ni tampoco un menoscabo de nacionalismo, sino un freno a los abusos monetarios de los gobernantes, que culminan en inflaciones y devaluaciones que destruyen los ahorros de los ciudadanos. ¿Por qué no pensar en un nuevo sistema monetario en México, con base en el peso plata?