¿Y por qué no el peso ha de ser fuerte?

martes, 13 de octubre de 1998

Fernando Amerlinck

¿Y por qué no el peso ha de ser fuerte?

Luis Pazos dijo el lunes 12 de octubre en el radio que, con el patrón plata, el peso mexicano sería más fuerte y sólido que el dólar, el cual sufriría con la actual crisis; y el peso recuperaría el prestigio que tuvo en Estados Unidos. El conductor del programa se rió, como si Luis le estuviese contando un chiste.

Primero: un peso basado 100% en plata no estaría sujeto a la veleidosa "soberanía" cambiaria, que tan soberanamente ha destruido la moneda desde 1973, cuando Echeverría declaró "las finanzas nacionales se manejan desde Los Pinos".

Segundo: comienza apenas un estallido financiero y económico mundial, causado sobre todo por un exceso de dinero fiduciario (fiducia quiere decir "fe"); en una crisis financiera lo primero que se pierde es la confianza. El dinero fiduciario se desinfla en Wall Street y en todas partes. (Y cuidado: los japoneses, campeones tenedores de bonos en dólares, necesitan liquidez.)

Mientras más moneda fiduciaria se emita por encima de su respaldo en bienes fuertes (como oro y plata), más virtual es su valor. Desde hace un cuarto de siglo el dólar no se sujeta a un patrón de cambio a oro. Y ojo: el macroinversionista Warren Buffet anunció a principios de año que había comprado 130,000 millones de onzas troy de plata. Por algo será.

Lo irritante es, ¿por qué asumir, automáticamente, que el mexicano no puede tener una moneda fuerte, tanto como decir "jamás podremos hacer algo bien de principio a fin"? ¡Vaya resignación tercermundista! ¿Cree alguien que el mexicano tiene en su biología algo que le impide tener éxito con una decisión correcta, como dar libertad para usar monedas de plata y billetes cambiables 100% a ese metal?