Big Brother is watching

viernes, 8 de enero de 1999

Francisco Helguera Ramírez

Big Brother is watching...

Se nos presenta la globalización como un proceso irreversible, fatal.

Una confusa coalición de fuerzas, vagamente identificadas, que conducen el mundo en que vivimos hacia la desaparición de las nacionalidades, hacía la sujeción a un régimen que amenaza con ir coartando libertades individuales y supeditando la voluntad de los países a un "Super Gobierno" omnipresente y omnipotente:

La pesadilla del "Big Brother" hecha realidad.

Aunque parece sorprendente, ese desolador panorama tiene partidarios; nunca han carecido de colaboradores los que invaden, los que sojuzgan, los que tiranizan.

Pero, como siempre, los intereses del invasor son incompatibles con los intereses del invadido. Repito una frase que he escrito antes:

"No conozco un solo caso de imperialismo filantrópico".

África, América, Asia y Oceanía han tenido dolorosas experiencias con los gobiernos imperialistas. No solo invasiones militares; la injerencia en la vida política y la penetración de los sistemas financieros, son otras formas de imperialismo inclusive más letales y despiadadas.

A veces, la invasión crea una nueva nacionalidad, como sucedió con los franceses en Argelia. En 1962 al obtener su independencia los franceses residentes en Argelia e inclusive muchos nativos de este país, sufren injusta y dolorosamente. Otras veces, el conquistador es un despiadado huésped, como los boérs holandeses en Sudáfrica aplicando su política del Apartheid y su sistemática opresión de los nativos de su territorio.

En el caso de los puertorriqueños o los panameños, los actuales ciudadanos son las víctimas de una injusticia que les precede por muchos años y aún luchan por desarrollar una identidad y un orgullo nacional.

Se crean intereses y dolorosos problemas humanos sin solución posible; siempre estarán subyacentes la actitud racista y los complejos del colonizador ; considera al colonizado como inferior y si este es de piel obscura, como sucede generalmente, será más acentuado el racismo.

Piensa el colonizador que el colonizado no tiene capacidad para gobernarse, no tiene la capacidad mental para asumir responsabilidades. Lo desprecia y siempre que pueda, lo marginará. No tendrá escrúpulos para explotarlo, robarlo o matarlo. En la visión deformada del invasor, el invadido no tiene el derecho de protestar, ni de defenderse. En la rebelión de los "Boxers" en China, los rebeldes son cruelmente reprimidos y China condenada a pagar onerosa indemnización. El General Dyer, en la India, realiza la matanza de Amsitsar. Con cincuenta soldados, bloquea la única salida de una plaza para reprimir una manifestación pacífica de unos 20,000 partidarios de Ghandi y los soldados hacen un ejercicio de tiro al blanco sobre niños, mujeres y ancianos. Trescientos setenta y nueve muertos y más de mil doscientos heridos producidos con mil seiscientos cincuenta cartuchos..." Good shooting..."(¡ buena puntería !) fue el cínico comentario.

Por soberbia, el invasor desconoce los valores del pueblo invadido; ignora sus méritos y subestima su cultura. En el menos malo de los casos, asume una actitud paternalista y sólo excepcionales individualidades entre los invasores son capaces de aislarse de esa posición.

Todo lo mencionado es del conocimiento de cualquier persona medianamente informada, por lo que sorprendería la existencia de partidarios del invasor, si no fuera por que sabemos que cuando se pierde la identidad, en la búsqueda de ésta el modelo más poderoso y cercano es adoptado. Lamentablemente, hay quienes consideran que adoptar la cultura y la nacionalidad del invasor es la mejor opción; algo así como el síndrome de Copenhague, (del secuestrado que termina por identificarse con el secuestrador), pero llevado a nivel masivo.

Tan peligrosa como las invasiones armadas del pasado, son las invasiones silenciosas, insistentes, insidiosas, del presente. La invasión que han hecho de los países del llamado tercer mundo los capitales de las naciones mas poderosas es tan efectiva como la invasión armada. Llámense Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial o de cualquier otro modo, mediante el proceso que lleva desde otorgar un crédito hasta "rescatar" un país endeudado e imponerle reglas y normas para regir su economía, lo que hacen es mermar su independencia e hipotecar su futuro.

No se nos ha invitado a una integración, a participar en igualdad de derechos en una institución internacional, a un proceso de avance del desarrollo humano. Se nos está imponiendo una voluntad ajena, con un pragmatismo feroz. La globalización así entendida, significa pérdida de identidad, de control sobre los recursos naturales y empobrecimiento.

Somos el pavo que fue invitado a una cena de año nuevo.

Todos los países están siendo modificados y México no se escapa a la tendencia, parte como un proceso natural y parte como imposición dolorosa.

Entre las inevitable modificaciones, se plantea para México la urgente necesidad de cambiar su sistema monetario. Pasamos del patrón plata al patrón oro y luego a la moneda fiduciaria. Ahora se pretende llevarnos al patrón dólar, otra moneda fiduciaria.

La palabra "fiduciario" tiene su origen en el latín "fiducia", confianza. El dinero fiduciario, es aquel cuyo valor único radica en la confianza que se le tiene. Y al peso mexicano, ya no le tenemos ninguna confianza. Pero...¿Quien es digno de confianza?.

Se ilustra muy bien el problema con un cuento de fiduciarios:

Se iba el Señor Duque a las cruzadas y tomó todas las providencias para asegurar la paz en sus castillos y tierras. Tenia la preocupación de que dejaba sola a su esposa, bella, joven e inexperta , por lo cual, siguiendo los consejos de su anciano asesor, le hizo colocar un cinturón de castidad. Llamó luego a su mejor amigo, el Marqués y le dijo "Mira, me marcho a las cruzadas y dejo mi esposa a tu cuidado. Estas son las llaves del cinturón de castidad que le hice colocar. En caso de emergencia, y sólo en caso de emergencia, o si yo no regreso, usa la llave y libérala. Confío en tu lealtad, te nombro fiduciario".

Salió la colorida caravana de caballeros por el puente del castillo sonando sus tambores y clarines... Pero no habían recorrido dos leguas, cuando fueron alcanzados por un jinete al galope, que se dirigió agitadamente al duque:

- ¡ Que dice mi amo el Marqués que te equivocaste, que estas no son las llaves !

Algo similar le ha pasado al mundo con el sistema monetario; se eligió al amigo confiable y se le dieron las llaves del cinturón de castidad; se le nombró fiduciario.

Pero no se había alejado mucho la caravana de los cuarenta y cuatro países signatarios de Bretton Woods, cuando ya estaba el fiduciario amigo de confianza luchando con los candados...Y a nivel interno, los bancos centrales también se lanzaron alegremente a la violación...de los candados.

Y el dinero de papel sin respaldo alguno se multiplicó impresionantemente. El papel fiduciario rebasa las posibilidades de rescate. Los problemas financieros de Japón, Indonesia, Corea, México, Brasil etc. no son sólo resultado de errores de sus gobiernos, son además producto de una falla fundamental del sistema.

Más, mucho más de lo que pueda decirles yo, se los dicen las cifras: Después del acuerdo de Bretton Woods en 1948, las reservas de oro de los países involucrados sumaban, a grosso modo, un billón de onzas, con un valor de 35 billones de dólares . Los dólares integrados a las reservas, en la fecha, eran 14 billones de dólares. Hoy, el número de onzas de esas reservas, ha crecido en un 12%, pero...el número de dólares en las reservas de todo el mundo ha crecido un ¡11,321.40 %!. Son más de 1600 billones de dólares; no hay que olvidar que son un pasivo de los E.U.

¿Cuales son las opciones para cambiar el sistema monetario mexicano?. Se propone insistentemente la dolarización del sistema. Pero eso significa un proceso de desnacionalización irreversible y la adopción de un sistema que tarde o temprano enfrentará una crisis que se ha venido posponiendo y que probablemente la aparición del EURO precipite. Y tenemos la posibilidad de volver a la plata, en unidades de onzas, sin valor nominal, para tener un valor anclado y como medio para regresar a tasa real de interés y reactivar nuestra economía sobre bases firmes. En realidad, esta opción tiene un solo defecto:

Va a ser muy difícil convencer a quienes tienen que decidir y hacerlos tomar una postura patriótica.