En 2003 el Banco de México anunció su programa de acuñación de las “Monedas de los Estados”, con valor de $100 pesos cada una. Inmediatamente comentamos que éstas tendrían que salir de circulación monetaria tarde que temprano.
Lo que anunciamos ya comenzó a suceder, tal y como dijimos.
La “Moneda de los Estados” tiene un valor grabado de $100 pesos, y contiene media onza de plata pura. En el mejor estilo imitativo mexicano, este programa fue copia del programa estadunidense de emitir nuevos “quarters” con el tema de los estados de la unión americana, de 25 centavos de dólar, hechos de material de chatarra.
La imitación del programa americano por el “autónomo” Banco de México, no debe sorprender. Don Guillermo Ortiz Martínez, Gobernador del mismo, acaba de aceptar empleo en la Reserva Federal de los Estados Unidos. Sin embargo, dicho puesto no significa que nuestro gobernador del Banco de México sea empleado de un gobierno extranjero, el americano, porque la Reserva Federal no es órgano del gobierno americano.
La Reserva Federal, a pesar de lo que parecería indicar su nombre, es una institución privada, propiedad de varios grandes bancos americanos. El Presidente Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) afirmó alguna vez: “El gobierno de los Estados Unidos ha sido la propiedad de los intereses financieros desde cuando menos tiempos de Andrew Jackson” (Presidente 1829-1837). Por lo cual no sería una exageración, si confiamos en lo afirmado por el Presidente Roosevelt, decir que la Reserva Federal y sus dueños, son los propietarios del gobierno americano.
Pero, volvamos al tema de la Moneda de los Estados.
Resulta que el costo de acuñar la Moneda de los Estados, ya supera su valor grabado. La plata que contiene esta moneda ha subido de valor y Banco de México no podrá seguir acuñándola sin incurrir pérdidas, algo que aborrece.
Al día de hoy, la plata cotizó a razón de $18.45 dólares la onza. Media onza por lo tanto, vale $9.225 dólares. Multiplicamos esto por el tipo de cambio al día de hoy, que es de $10.73 pesos por dólar, y resulta que la plata en la Moneda de los Estados, que vale $100 pesos, cuesta $99 pesos. Sumemos este costo de la plata a los demás costos asociados con la acuñación y resulta que es incosteable proseguir con la acuñación.
El precio de la plata, como el de cualquier mercancía, tiene alzas y bajas. Pudiera darse el caso que la plata baje de precio; sin embargo, creemos que la tendencia general va a ser a la alza, indefinidamente, porque la política monetaria mundial es de aumento fuerte en los montos de circulante, lo cual presionará los precios de todas las mercancías de aquí en adelante, hasta que se suspenda dicha política.
Llegará por lo tanto el momento en que el valor de la media onza de plata en la Moneda de los Estados superará a tal grado el valor nominal de la moneda, que es de $100 pesos, que estas monedas desaparecerán camino a la fundición, para recuperar la plata que contienen y realizar una utilidad. Las que se salvarán serán las que guarden los coleccionistas numismáticos.
Como ya hemos demostrado, la acuñación de monedas de plata que tengan un valor grabado , con la intención de que entren en circulación, es una práctica que en estos tiempos es obsoleta.
La única moneda de plata que puede escapar a la fundición, es la moneda que no tenga valor grabado, como la onza de plata “Libertad”.
Esta excelente moneda, que Providencialmente se acuña desde 1982, nunca irá a la fundición. Debido a que su valor sube y baja con el precio de la plata, no se puede usar como dinero, pero dentro de mil años, irán apareciendo tesoros de onzas “Libertad”. Dentro de mil años, cuando absolutamente nadie recuerde ni a Guillermo Ortiz, ni a ningún Presidente de México, y cuando acaso ni recuerdo de México quede, estas monedas permanecerán, mudos testigos del valor que les atribuyen los seres humanos.
El objetivo de la Inciativa que actualmente se haya en la Comisión de Hacienda, Presidida por el Diputado Jorge Estefan Chiriac, es convertir a la onza “Libertad” en dinero. La índole de tal objeto, es del más alto interés de Estado.
Superior a este interés de Estado, está el interés de la humanidad, que mientras sea humanidad deseará un refugio para sus ahorros, producto de sus esfuerzos por hacer frente a los retos de la vida. Interés que es contrario al de quienes pretenden deshumanizar al hombre y convertirlo en simple ganado a su servicio permanente.