La filatelia, que es la afición por coleccionar timbres de correo, es una afición innocua muy extendida en el mundo. Algunas estampillas se venden a precios muy altos, debido a su rareza. Existe una estampilla americana que celebra los logros de la aviación; por un error, en un tiraje de estos timbres el avión aparece al revés, volando boca abajo; naturalmente esta estampilla tiene un alto valor en el mercado filatélico.
Hasta ahora, ninguna dependencia de correos del mundo ha decidido emitir timbres de correo que no sirvan para pagar el correo – o sea, simples papelitos decorativos que no puedan usarse para enviar cartas o paquetes – sino con el único objetivo de satisfacer al mercado de los coleccionistas.
Sin embargo, en el caso de la numismática, que es la afición por coleccionar monedas, se da el curioso caso de que Banco de México emite monedas de oro y plata que no sirven como dinero. Emite lo que podríamos llamar medallas bellas, verdaderas obras de arte, que se venden a un precio muy superior a su valor intrínseco. Una de esas monedas, por ejemplo, es la llamada ‘Calendario Azteca', que contiene 1 kg. de plata, y que recientemente fue elegida como la más bella del mundo durante la XXV Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda.
Esto es como si la Dirección de Correos emitiera timbres que no sirvieran para enviar cartas o paquetes por el sistema de correos.
Por lo que toca a la onza de plata ‘Libertad', esta cuenta con autorización legal que la clasifica como “moneda de curso legal”, de acuerdo a la Ley Monetaria, por lo cual no paga IVA (impuesto sobre valor agregado) pero, a pesar de esta ley, no se puede usar para pagar, como debería ser. Esta moneda tiene la ventaja de que se vende a un valor muy cercano a su valor intrínseco y, por lo tanto, durante años ha servido a los ahorradores como refugio contra la inflación.
Llevamos seis o más años, insistiendo en la falta que le hace a la Nación, un medio de ahorro patrimonial seguro, inmune a la devaluación. Esta función la podría llenar perfectamente la onza de plata “Libertad”, convertida en dinero mediante adiciones muy sencillas a la legislación ya existente. El Banco de México se ha opuesto tajantemente a esta legislación en pro del pueblo de México.
Por lo pronto, Banco de México continúa con su práctica de producir monedas bellísimas de plata que no tienen función económica alguna, ya que no pueden usarse para pagar en el comercio. Quizás la publicidad que le da a su producción de monedas artísticas sea con el afán de contrarrestar la opinión del público respecto a Banco de México, ya que una encuesta hecha por el Centro de Estudios Sociales y de la Opinión Pública, del Congreso, revela que el 81% de los mexicanos quiere poder usar una moneda de plata como dinero.
En el Congreso se encuentra en espera de dictamen el proyecto que propone la legislación necesaria para convertir la onza de plata “Libertad” – 23 millones de éstas en poder del público – en dinero contante y sonante. Esperamos que el Banco de México abandone su postura de oposición a esta Legislación, que será de trascendentes beneficios para México, en esta época en que gran incertidumbre y temor se han apoderado de los mercados financieros, precisamente por la ausencia de moneda real y el predominio total de dinero ficticio e imaginario en el mundo actual.