Emite Francia moneda de 5 euros
No servirá para efectos de ahorro
Su contenido de plata es apenas de 1.4 euros
Tarde o temprano alcanzará el “punto de fusión”
A finales de agosto de 2008, el gobierno francés decidió emitir una moneda de plata con valor nominal de cinco euros.
La Casa de Moneda de Francia no dio a conocer las razones de dicha emisión, solo anunció que se acuñarían dos millones de monedas y que se venderían en las oficinas de correo, estando limitada su venta a tres monedas por persona.
El comunicado también anunció que el 1 de septiembre se pondrían a circular otras monedas de plata con valor de 15 euros, así como monedas de oro de 100 euros.
El motivo de esta medida podría ser el de dar un poco de prestigio a la Casa de Moneda, en momentos en que la desconfianza en el sistema financiero mundial se ha apoderado de los europeos y de todos los habitantes del planeta. Es de todos sabido que la banca internacional está sufriendo una severa crisis de liquidez y la economía global se está enfriando.
Sin embargo, la medida francesa es no sólo insuficiente, sino además errada. Insuficiente porque el contenido de plata de la moneda de cinco euros es apenas de 1.4 euros, es decir el 28% del valor de la moneda.
Ciertamente es mejor que nada. Los euros, al igual que los dólares o cualquier divisa en el mundo no tienen valor alguno, son meros números, dígitos de computadora, papel sin algún contenido, dinero imaginario.
Poseer 1.4 euros en plata es ya una diferencia y, por la Ley de Gresham, sabemos que el público francés va a preferir conservar esta moneda y deshacerse primero del dinero de menor calidad, el de papel.
Pero sigue siendo muy poco el valor intrínseco de esa moneda, representando apenas el 28% de su valor nominal. La Casa de Moneda francesa se entretiene con frivolidades, emitiendo monedas cuya utilidad monetaria para el ahorro es prácticamente nula, y que sólo sirven para distraer al público consumidor con una curiosidad más.
La plata en estas moneditas no protegerá a sus dueños contra la devaluación del euro, hasta en tanto no haya subido el valor de la plata 3.5 veces su precio actual.
El otro problema, al que nos referimos antes como “error”, es que el gobierno francés está repitiendo el mismo defecto por el cual todas las monedas de plata en el mundo han salido de circulación, y es el haberle grabado un valor nominal (en este caso le grabó el valor de “5 euros”). Tarde o temprano, por efecto de la devaluación del dinero de papel -y a veces también por la apreciación del metal precioso-, el valor intrínseco de la plata contenida en la moneda supera el valor nominal de circulación grabado en ella, y la moneda va a dar a la fundición.
Esperemos que el Banco de México no vaya a caer en el error de imitar la medida francesa para “estar al día” y dar la impresión de que es favorable a la plata. Aquí ya tuvimos en el pasado monedas de plata con valor nominal grabado y su destino fue siempre el mismo: la fundición.
Precisamente por esta razón existe en el Congreso mexicano el proyecto de introducir a la circulación una moneda de plata que no tenga valor nominal grabado, la onza “Libertad”, con la idea de que el Banco de México no le grabe, sino declare oficialmente cuál es su valor de circulación, y así no se repita el error del punto de fusión.
Con esta medida, Guillermo Ortiz no sólo estará con la vanguardia francesa y europea (también Alemania emitirá monedas de plata) sino que la habrá superado con una técnica monetaria novedosa y de avanzada.
¿Por qué México no puede anotarse un hitazo en técnica monetaria? ¿Por qué siempre hemos de esperar a que otros lo hagan? ¿Por qué no podemos ser los primeros en algo que será de gran trascendencia y que otros países sin duda emularán? Es sólo pregunta…