La monetización de la onza de plata “Libertad” tiene enorme relevancia frente a la crisis financiera y monetaria de hoy.
El mundo está atrapado por los sistemas bancarios del mundo, que sólo le ofrecen a los casi 7 mil millones de habitantes del planeta papel dinero, carente intrínsicamente de valor alguno. Un economista famoso, cuyo nombre no recuerdo, dijo que “un gobierno es la única institución capaz de tomar el papel - un producto útil y valioso - y convertirlo en basura: el papel dinero.”
El colapso proseguirá y si no prosigue, tendremos otra maldición mundial encima: la inflación galopante a medida que todo el papel dinero del mundo pierde su valor y desaparecen en una hoguera inflacionaria, los ahorros del mundo entero.
Las perspectivas para la economía mexicana son pésimas. Los Estados Unidos, nuestro cliente principal, se desintegra. Nuestras exportaciones irán en picada. Se pronostica que Estados Unidos entrarán en moratoria para el verano de 2009. Por otra parte, nuestra producción petrolera va en descenso y pronto no tendremos petróleo que exportar, a menos que nosotros nos privemos de consumirlo – fatal para nuestra economía.
En este escenario, la moneda de plata monetizada , como puede hacerse según el Proyecto que hemos estado impulsando desde hace años, puede aparecer como un nuevo “Super producto” tremendamente deseable por toda la población del planeta. Más deseable que teléfonos celulares, que video cámaras, cámaras digitales o pantallas de plasma de un metro de diámetro.
La moneda del plata es el “Super producto” de la nueva tecnología monetaria que ha desarrollado la Asociación Cívica Mexicana Pro Plata, A.C.
Un “Super producto” que puede ser Número Uno en la lista de cosas que anhelan poseer los habitantes del planeta, como refugio ante el colapso del monumental fracaso del sistema de papel dinero que se nos ha endilgado desde hace décadas.
El mundo será próximamente, un mundo en que exportar cualquier cosa será muy difícil, a medida que todos los países se encierran en sí mismos y los sistemas bancarios resultan ineficaces para financiar el comercio mundial, por la desconfianza general que existe entre banco y banco.
La onza de plata “Libertad”, una vez monetizada, será objeto del deseo no sólo de 100 millones de mexicanos, sino del mundo entero, porque todo el mundo padece lo mismo que nosotros: hambre de poseer dinero real.
El mercado mundial para la onza de plata “Libertad”, convertida en dinero, es gigantesco. Es el “Super producto” de la época: el producto de exportación que nos permitirá acceso a todo cuanto hace falta para mantener a flote nuestra economía.
Vaticinamos que la producción anual entera de la plata mexicana, no bastaría para saciar el deseo mundial de poseer la onza “Libertad”, siendo ésta dinero.
Estamos hablando de 100 millones de onzas anuales, que se rematan actualmente a precio de regalo, en un mercado manipulado, nada libre, en Nueva York.
La sustracción del mercado industrial de sólo un parte de esta producción mexicana de plata, para encauzarla a la acuñación de moneda - a la producción de este nuevo “Super producto” de exportación - causaría un aumento fuerte en el precio de la plata y rompería el nefasto control de Nueva York sobre el precio de este recurso no-renovable.
De esta forma, los tenedores de onzas en todo el mundo, no sólo tendrían una moneda que garantizaría sus ahorros, sino que los haría aumentar de valor.
Este “Super producto” lo espera ansiosamente el planeta, sin saber qué tan cerca está la posibilidad de su realización: depende sólo de un reducido grupo de hombres en la Cámara de Diputados. Estos hombres, quizás sin saberlo, tienen en sus manos el timón que cambiaría el curso de la historia.