Asociación Cívica Mexicana Pro Plata A.C.
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Moneda de Plata para México

Estabilidad y orgullo nacional

Precio Onza Libertad Fuente: Banco Azteca, Institución de Banca Múltiple.
Venta $759.00 Recompra $659.00

La reciente adquisición de 93 toneladas de oro por el Banco de México
jueves, 5 de mayo de 2011
Hugo Salinas Price

El mundo va, inevitablemente, hacia una reforma del sistema monetario mundial.

Esta reforma será implementada ya sea en forma planeada y ordenada o en forma espontánea y desordenada.

El problema de hacer alguna reforma al sistema monetario mundial en forma planeada y ordenada es que la noticia de que esta reforma se está contemplando desatará de inmediato consecuencias altamente desordenadas en los metales preciosos.

De tal suerte que lo más probable es que veamos una serie de tempestades en los mercados monetarios y financieros que obligarán a nuevos arreglos internacionales transitorios tomados de momento a momento en base a las condiciones que prevalezcan. Finalmente, un nuevo orden quedará establecido y en ese nuevo orden, figurará el oro.

El orden monetario que ha existido desde hace casi cuarenta años ha creado la convicción general de que es y tiene que ser permanente. Esta convicción es falsa.

El dinero, a través de toda la experiencia humana registrada, ha sido siempre la mercancía que exhibe el menor incremento de “spread” entre precio de compra y precio de venta, a medida que la cantidad a mercadearse incrementa. Esta mercancía ha sido siempre en primer lugar, el oro y en segundo lugar, la plata.

El papel puede figurar como sustituto de dinero para facilitar transacciones, siempre y cuando sea una representación de cantidades de oro o plata física, pero jamás será dinero en sí. El dinero fiat no es ni siquiera un sustituto de dinero. Se pretende que sea dinero en sí, cuando no es más que una medida de cambio simbólica, en el caso del papel moneda, o una medida de cambio imaginaria en el caso de depósitos bancarios.

Tomando en cuenta el deplorable estado actual de la ciencia económica en los círculos académicos más reconocidos y en el medio financiero, no es probable que lo afirmado en el párrafo anterior sea tomado en cuenta en la magna tempestad de dinero fiat que se avecina.

La mentalidad económica actual no puede concebir la magnitud del error que ha sostenido durante cuarenta años y el resultado probable será un nuevo orden monetario en que figurará el oro, pero sin acordársele el lugar exclusivo como moneda internacional que reclama la lógica.

Lo que resultará del caos monetario actual será un parche improvisado de papel con oro; esta medida improvisada no resolverá los “imbalances” internacionales y sólo alargará la crisis; los líderes políticos ganarán un poco de tiempo asegurándole al mundo que se ha resuelto la crisis.

Bajo el patrón oro – o como quiera llamársele al sistema que prevaleció hasta el 15 de agosto de 1971 - no podían darse “imbalances estructurales” entre las naciones. A partir de “Bretton Woods” en 1944, los Estados Unidos intentaron establecer un provechoso “imbalance estructural” a su favor; ese intento originó una pérdida constante de reservas de oro americano que terminó con la decisión unilateral de los Estados Unidos de abandonar el patrón oro, en abrogación de los “Convenios de Bretton Woods”.

Mientras existió el patrón oro, el movimiento de oro entre naciones tenía que ser mínimo y pasajero. Sin embargo, no es probable que se logre recrear el mundo del patrón oro, porque la transición a un mundo en el cual se pagaran con finiquito los déficit en exportaciones – necesariamente con oro - sería excesivamente traumática e intolerable políticamente.

Actualmente, los “imbalances estructurales” dan lugar a la creación de reservas internacionales en países exportadores, donde se acumulan las deudas incurridas por los países que sufren déficit en exportaciones. A esas deudas no se les puede dar finiquito, porque el dinero fiat que se entrega a los países acreedores no extingue deuda y los países acreedores no tienen otra opción más que transformar los dólares o euros o libras esterlinas recibidas, en Bonos Gubernamentales de los países deudores; a los montos de Bonos Gubernamentales en Tesorería, se les da el nombre de “Reservas”.

Véase la siguiente gráfica:

Con estas perspectivas, el Banco de México haría bien en continuar con compras de oro para deshacerse de parte de las reservas excesivas de Bonos denominados en dinero fiat que actualmente posee; la mayor parte de las Reservas está invertida en Bonos en dólares: nulo rendimiento en una moneda que tendrá que seguir devaluándose dado el caos absoluto que reina en el fisco americano.

Por otra parte, Banco de México debería examinar con buena voluntad el proyecto de monetizar la onza de plata “Libertad” para que circule como dinero en paralelo con nuestros pesos mexicanos actuales; así se le concedería a la población mexicana un refugio para sus ahorros, de cara a la tempestad monetaria y financiera mundial que tendrá que afectar gravemente a México, no obstante la conducta relativamente prudente que observa en sus operaciones el Banco de México.