Comunico un dato que me parece de importancia histórica.
En 1977 me comunicó verbalmente el Profesor de Educación Física Pedro Ortega Carbajal lo siguiente:
En el período de junio a diciembre de 1977, el profesor Ortega fue enviado por la Escuela Superior de Educación Física a La Paz, Bolivia, para impartir entrenamiento en el área de educación física a hombres y mujeres que seguían esa carrera en La Paz.
En Bolivia, se tiene la costumbre de que los hombres jóvenes se reúnan los viernes por la noche para celebrar sus “viernes de soltero” tomando cerveza.
En una reunión tal, después de que se hubiera consumido bastante cerveza, el padre de uno de los muchachos en las clases de educación física del profesor Pedro Ortega Carbajal le comenzó a relatar al profesor Ortega, detalles íntimos de su vida.
Le informó que su nombre, Eduardo Kino, era un nombre que había adoptado para ocultar su verdadero nombre: José de León Toral.
El señor León Toral le relató detalles minuciosos del caso del asesinato de Álvaro Obregón, incluyendo detalles del proceso contra la Madre Conchita.
León Toral fue caricaturista en “Exclesior” y al trasladarse a La Paz, abrió una tienda de bordados que realizaban las costureras locales, con diseños elaborados por él.
El conocimiento detallado que mostró el señor que decía ser León Toral de todo el caso del asesinato de Álvaro Obregón, convenció al profesor Pedro Ortega Carbajal, de que sin duda alguna, la persona que le reveló su verdadera identidad era efectivamente, León Toral.
El profesor Pedro Ortega Carbajal cumplirá 89 años en enero 2013. Fue profesor en la Escuela Superior de Educación Física y obtuvo la medalla “Rafael Ramírez” por 30 años de servicio, seguida por la medalla “Ignacio N. Altamirano” por 50 años de servicio. Me confirmó los datos que he presentado, el 19 de diciembre de 2012.
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Antes del asesinato del general Álvaro Obregón, se sabía que Don Plutarco Elías Calles no veía con buenos ojos la reelección de Obregón.
Dice el historiador Eugenio del Hoyo, en el libro “Historia de México - Conversaciones con don Eugenio de Hoyo”, publicado por Guillermo Zambrano de Monterrey, N.L., en la página 448:
“Como durante la campaña política Calles había en cierto modo fomentado los ataques duros contra Obregón, los obregonistas siempre insistieron en que él era el autor intelectual de la muerte de Obregón. Ellos decían: “Suponiendo que Toral no fue instrumento de Calles, él de todas maneras preparó el ambiente propicio para el asesinato”. Cuando el cadáver de Obregón fue enviado a Cajeme, Sonora, para que fuera enterrado, el líder del Partido Agrario Mexicano, Aurelio Manrique, un muy notable orador, pronunció un discurso muy violento delante de Calles, de sus ministros y de toda la pléyade política, acusando a personajes de la administración callista directamente de la muerte de Obregón. José de León Toral no mató por simples razones de fanatismo religioso a Obregón, sino que fue Calles quien buscó la manera de eliminarlo, porque estaban jugándose ya la presidencia perpetua al estilo de Porfirio Díaz, que era lo que querían los sonorenses. A Calles le salió bien que se le adelantara José de León Toral y que con su acción no dejara a Obregón volver a ser presidente.”
Evidentemente, Calles se puso de acuerdo con un católico para llevar a cabo el asesinato y muy convenientemente, convertir al catolicismo en la fuerza culpable.
Evidentemente, también, toda la operación de la tortura y el fusilamiento de León Toral fue un teatro. Se le facilitó su traslado a Bolivia, seguramente con una suma de dinero adecuada para establecerse en ese país.
En 1928 nadie sospechó que se trataba de un teatro. Hoy en día, estamos acostumbrados a presenciar teatros políticos mucho más sangrientos y ya no es tan fácil engañar al público.