El economista americano John Kenneth Galbraith, influyente en su tiempo, dijo que cuando la mayoría de la gente mira a los ricos, se imagina que han de ser muy inteligentes, porque son ricos; y además, Galbraith dijo que muchos ricos llegan a pensar lo mismo - que son muy inteligentes por ser ricos. Debido a este auto-engaño, con frecuencia resulta difícil que un rico reconozca que está en el error en algún asunto.
Tal parece que Mister Trump es de los que piensan que son muy inteligentes, cuando en realidad su inteligencia es, cuando mucho, mediocre.
Por ejemplo, Mister Trump asegura que los mexicanos vamos a pagar El Muro que separará a EU de México, cuya construcción comenzará en cuanto él asuma el poder el 20 de enero próximo.
Un duro golpe para México, sin duda, e inmerecido; pero el golpe mucho mayor de esta medida anti-económica será para EU mismo, y el causante será un Presidente americano que piensa que es muy inteligente porque es rico.
Mister Trump quiere que se cobre un arancel proteccionista sobre los automóviles armados en México que se vendan en EU. El arancel lo tendrán que pagar los importadores americanos, y se sumará el costo del arancel al costo de los automóviles importados vendidos al público americano. Como resultado, los americanos estarán pagando El Muro a diario y mientras dure la medida proteccionista, en la forma de precios de autos importados más elevados.
Sin embargo, el daño no para ahí, porque como los autos mexicanos importados van a costar más, pues toda la industria americana de automóviles va a poder subir sus precios, ya que la competencia mexicana habrá sido cancelada con aranceles de importación. ¡Maravillosa noticia para las armadoras americanas en EU! ¡Pésima noticia para el consumidor americano, que va a tener que pagar más al comprar un automóvil!
Los muros entre naciones son signo de debilidad. La URSS construyó un tremendo muro entre el territorio europeo que dominó tras la Segunda Guerra Mundial, y el resto de Europa libre.
El propósito no fue que no entraran los europeos, sino que los habitantes de los países ocupados por la URSS no huyeran a Europa libre, para escapar de una URSS que asfixiaba las aspiraciones productivas de sus habitantes.
Tomemos la lección de la URSS: si en México se hace más sencillo, fácil y seguro establecer un negocio; si eliminamos tanta tramitología y frenamos la corrupción con la legalización total del comercio en estupefacientes de toda índole, como ha hecho Portugal; si reducimos en forma paulatina pero continua, los múltiples impuestos que se nos cobran para sostener una clase parasitaria de políticos. Si hacemos eso - ¿y por qué no lo hemos de hacer? - veremos que serán los gringos los que querrán saltarse El Muro, para venir a México a hacer sus vidas.
Si Mister Trump pone la barda, y no reaccionamos en forma positiva para hacer más atractivo nuestro país a las inversiones de propios y de extranjeros, inevitablemente esto significará un empobrecimiento para México; millones de más pobres aquí, le causarán a Mister Trump una oleada de refugiados mexicanos que llegarán - hasta nadando - a la tierras de EU.
¿Quién pagará El Muro? Los americanos mismos van a pagar El Muro, muchas veces más de lo que va a costar construirlo.
Esta medida xenófoba de Mister Trump ojalá nos despierte del vergonzante letargo intelectual que padecemos: la gobiernitis y la chambitis y la rebatinga de recursos públicos que nuestros políticos han estado practicando.