Lo irritante es, ¿por qué asumir, automáticamente, que el mexicano no puede tener una moneda fuerte, tanto como decir "jamás podremos hacer algo bien de principio a fin"? ¡Vaya resignación tercermundista! Fernando Amerlinck ., Diario de Diarios, 13/10/1998. Apoyo a la propuesta .
El dólar no es la mejor moneda. Adoptarla solo mejoraría transitoriamente la situación de México. La solución de fondo es crear un peso fuerte, respaldado con plata. Apoyo a la propuesta .
Como soberano que soy, exijo una moneda en que yo ejerza mi soberanía y pueda defender mi patrimonio, mi patria, mi calidad de padre. Es decir: poder elegir qué moneda prefiero: pesos, dólares, marcos, plata, oro o lo que sea. Apoyo a la propuesta .
Me expuso en seguida su teoría, de una gran sencillez: vamos a olvidarnos del peso, vamos dolarizando toda la economía. Si no hemos sido capaces de mantener una paridad razonable, simplemente olvidemos la emisión de nuestra propia moneda. De finanzas y esas cosas .
No es posible ignorar el nacionalismo, tildándolo despectivamente de simple "sentimentalismo". La consecuencia viene a ser el derramamiento de sangre por generaciones. Hugo Salinas Price, El Economista, 28/09/1998. Dolarización y Caja de Conversión .